En la antigüedad, los imperios más poderosos tomaban como esclavos a pueblos pequeños quitándoles así su libertad y por lo general la esclavitud incluía abusos por parte de sus amos, ¿Quién es un esclavo? Es aquel que no tiene voluntad propia para decidir sobre su vida y está bajo dominio de alguien.
El pecado ha esclavizado a muchas personas que han dejado que el diablo
los envuelva con sus mentiras, logrando que sean personas sin voluntad
para decidir sobre sí mismos, Son muchas las personas que han sido
encerradas en una profunda tristeza quitándoles la paz de sus corazones.
Hoy en día, hay gente que camina libre por las calles y no están privados de su
libertad en una cárcel, pero muchas veces viven en una prisión espiritual
donde no hallan paz para sus almas.
El enemigo quiere hacernos creer que no merecemos estar en la presencia
de Dios y que no somos dignos de su perdón, su intención es alejarnos por
completo del Señor para tomar el control de nuestras vidas a su antojo,
esclavizándonos en cosas que nos separan del Padre.
Cuántas veces, hemos buscado ser libres en nuestras propias fuerzas de las cosas que nos esclavizan y no lo hemos logrado; hoy necesitamos recordar que en Jesús podemos encontrar la libertad que muchas veces hemos querido obtener. “… y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Juan 8:32. La verdad es Cristo y si anhelamos conocerlo a Él seremos verdaderamente libres de todo aquello que nos tiene cautivos. Jesús, no condena a nadie, perdona y da libertad a todo aquel se acerca para conocerlo. Él nos librará y sanará nuestro corazón herido.
Cada latigazo que recibió, todo menosprecio, bofetada, la corona de espinas sobre su cabeza, el ser flagelado hasta que su cuerpo quedara desfigurado, los clavos que traspasaron sus manos y pies, la lanza que abrió su costado y hasta la última gota de su sangre que derramó por amor a ti; todo lo soportó para que recibas libertad, te libró de la esclavitud muriendo en la cruz y pagó tu rescate con su propia vida.
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. Gálatas 5:1