“Porque tú, Señor,
eres bueno y perdonas; eres todo amor con los que te invocan” Salmos 86:5 (DHH)
Cuando uno recibe una mala noticia, recibe el golpe y luego se levanta. Pero ¿qué sucede cuando se trata de varias situaciones que emergen al mismo tiempo e involucran a seres queridos? A veces nos duele más el sufrimiento de nuestros seres queridos que el propio. Cuando esto sucede puede que nos desequilibremos pero es en esos momentos cuando debemos correr a Dios. Él es quien nos sostiene y trae paz. Al experimentar esto aprendemos a dar gracias y nuestra actitud cambia, miramos la cruz y comprendemos que de allí viene nuestra victoria
0 Comentarios