Amado Jesús de infinita bondad, hoy quiero elevar una oración para darte gracias por todas las cosas maravillosas que Tú haces en mi vida. Gracias por tu inmenso amor, por cuidar siempre de mí y de mi familia, gracias por el hogar que resguarda nuestro sueño y gracias también por los alimentos que Tú siempre llevas hasta nuestra mesa; qué hermoso es poder vivir en la paz y la seguridad que solo da tu sublime compañía.
Señor, yo sé que Tú me amas mucho y me lo demuestras cada día de múltiples maneras; hoy también reconozco que te he fallado y que algunas veces he pecado; por todo te pido perdón.
Estoy cansado de luchar solo con mis fuerzas y por eso en esta oración me presento delante de Ti con la intención sincera de depositarme en tus manos, abrirte las puertas de mi corazón y aceptarte como mi único y suficiente salvador.
Te suplico que hagas de mí una nueva persona, por favor ayúdame a dejar atrás todos los errores del pasado, cúbreme con tu manto, ilumina mi senda con tu resplandeciente luz y ayúdame a tener un corazón puro y noble.
Permíteme tener control sobre mí mismo y sobre mis emociones, pues desde hoy quiero sembrar afecto, esperanza, ser un testimonio vivo de tu poder y poder ser un humilde instrumento de tu maravillosa obra.
Dame la fuerza y la sabiduría para vivir de acuerdo a lo que Tú esperas de mí, para ser útil y para construir un mundo mejor para todos aquellos que me rodean.
Amado Jesús, hoy te entrego mi corazón, mi vida y mi destino, pues yo te amo y sé que mi confianza en Ti jamás será defraudada, pues mientras Tú me tengas en tus manos no habrá mal que me derrumbe, envidia que me alcance, ni problema que no pueda superar.
Amén.
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