PERDONAR LIBERA TU ALMA

“La cordura del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.” Proverbios 19:11(RV60)

¿Te ofendiste cuando no te hicieron caso? ¿O cuándo no te tomaron en cuenta? Quizás te sentiste mal cuando hirieron tus sentimientos con cosas que dijeron o cuando te trataron mal.

No eres el único, muchos atravesamos por esas circunstancias que duelen y que si no las sabemos confrontar, pueden  traer consecuencias nefastas; lo mejor será tener la autodisciplina para perdonar, lo que  se consigue con una constante relación con Dios.

Perdonar es redimir a otros del rencor que te generaron y liberarte del daño que la amargura podría causar en ti, perdonar librará tu alma del dolor. Pero, ¿Cuánto debemos perdonar?

La Biblia menciona lo siguiente en Mateo 18:22 (RV60): “Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”

Dios perdona nuestras faltas continuamente y nosotros debemos seguir su ejemplo diariamente. Pueden suceder muchas cosas durante el día que te lleven al límite, pero tienes que tomar la decisión correcta y perdonar siempre.

“soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”. Colosenses 3:13 (RV60)

Perdonar es una muestra de la gracia del Señor en tu vida; Dios te perdonó, nos perdonó, somos inmerecedores de su gracia pero aun así entregó a su hijo Jesús, quien tomó nuestro lugar. Recuerda que la paga del pecado es muerte, pero por el sacrificio de Cristo alcanzamos la vida eterna.

La Biblia dice: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.” Marcos 11:25 (RV60)

Incorporar el perdón a los demás en las oraciones de cada día es algo bueno, perdonar y pedir perdón debe ser una práctica disciplinada, dejando de lado las emociones dañinas como la ira y buscando la templanza. Recuerda que la palabra de Dios también dice: “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.” 1 Pedro 3:9 (RV60)

Amas a tu enemigo cuando perdonas de corazón y si esto te cuesta cuéntale a Dios lo que experimentas y que su indescriptible paz se apodere de ti para que Él te ayude a perdonar.

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