Querido Dios:
Seré
muy sincera contigo porque hay cosas que trato de comprender y por más que lo
intento, no lo logro. Estoy segura de que tus caminos y pensamientos son
mejores que los míos, pero en este preciso momento no logro verlo ni entenderlo
de esa manera.
Entonces
acudo a ti buscando ayuda y paz. Dame control y serenidad para saber aceptar lo
que es Tú voluntad con humildad y sabiendo que aunque ahora yo no lo entienda,
tú conoces lo que es mejor para mí.
Yo
estoy llena de buenos deseos y en mis criterios a veces creo que lo que escojo
es lo mejor, sin embargo, tú me haces ver que estoy equivocada. Pues con el
pasar del tiempo descubro que algunas cosas no eran exactamente como yo las
pensaba o planificaba.
En
ocasiones, entrar en Tu tiempo, me toma tiempo (valga la redundancia). Es que a
veces el orgullo o ese deseo de querer ser independiente, me aparta, me va
alejando y luego cuando caigo en la perspectiva de la realidad, tomo la senda
que desde el principio debí escoger porque era la mejor elección. Aún así
tienes misericordia de mí y me encaminas.
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