Te damos gracias, señor, porque eres bueno; te damos gracias, porque es eterno tu amor. Proclamamos desde nuestra experiencia que nos quieres; decimos a las gentes que has estado grande con nosotros. ¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! en nuestra aflicción a ti gritamos y nos diste respiro.
Tú estás por nosotros: ¿quién podrá hacernos daño? No tenemos miedo porque tu amor es nuestra defensa; tú estás con nosotros; entre los que nos ayudan. ¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! mejor es buscar en ti refugio cuando arrecia la prueba, que confiar en nuestras fuerzas sin contar contigo.
Mejor es sentirse protegido por tu amor y lealtad, que confiar en los que tienen poder y abusan de su fuerza. ¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! cuando nos rodean los agentes del mal tendiéndonos sus lazos, la fuerza de tu espíritu fortalece nuestras vidas. Cuando la propaganda machacona y descarada nos ataca, con la fuerza de tu evangelio salimos victoriosos.
¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! como enjambre de avispas agresivas, el mal llama a nuestra puerta; como fuego prendido en zarzas, el placer absurdo nos reclama. Nos empuja para abatirnos, nos apuntan con el dedo; en medio de la tormenta tú, señor, eres ayuda segura.
¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! entre nosotros, señor, hay clamor de júbilo y salvación; nuestra tienda mantiene la puerta abierta para el que llega; somos felices, señor, con tu presencia en medio de nosotros, y estamos contentos porque contigo es posible la victoria.
¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! Nosotros queremos vivir, queremos sellar contigo la alianza; queremos vivir el amor derramado en nuestros corazones, en la fuerza y el poder de tu espíritu de vida. Tu gracia y tu verdad son más fuertes que nuestra flaqueza.
¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! que se abran de par en par las puertas de tu reino; que el hombre que cumple tu palabra se siente a tu mesa; que haya pan en abundancia para todos los que son justos y honestos; y que el corazón feliz con tus dones, te dé gracias.
¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! tú eres, Jesús, la piedra angular que otros rechazan; hoy eres cimiento donde se apoya en pie tu iglesia; nosotros admiramos la obra maravillosa de tus manos y exultamos de gozo al sabernos cimentados en tu vida. ¡El amor de dios alegra nuestro corazón, aleluya! con ramos en la mano te aclamamos, oh cristo, salvador del hombre.
Con vítores y cantos te decimos: ¡eres camino, verdad y vida! ven con nosotros al campanario, alienta nuestra marcha; desde la salida del sol hasta el ocaso, sé tú nuestro guía.
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