Les devolveré lo que perdieron a causa del
pulgón, el saltamontes, la langosta y la oruga. Fui yo quien envió ese gran
ejército destructor en contra de ustedes. Joel 2.25
Cuando las circunstancias de la vida se tornan difíciles y las respuestas de
Dios parecen tardar, puede suceder que nos invada el desánimo, perdiendo parte
de la pasión, la alegría y la paz que debe caracterizar nuestra vida cristiana.
En estos casos debemos recordar que Dios siempre busca lo mejor para nosotros y
que sus planes son de bien, que si su respuesta tarda, es porque Él está
trabajando en nosotros. Por lo tanto, hoy puedes ir ante su presencia y pedirle
que restaure en ti, el fuego, la pasión y el gozo que parecían perdidos.
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