ORACION MAS FUERTE PARA PEDIR UN MILAGRO

YAHWÉH es nuestra roca, nuestro baluarte y nuestro libertador, nuestro Dios, nuestro  Altísimo y sublime Señor, nuestra roca en quien nos refugiamos; nuestro escudo y el cuerno de nuestra salvación, nuestra altura inexpugnable. (Salmos 18:2) Tú nos has dado también el escudo de tu salvación; tu diestra nos sostiene, y tu benevolencia  nos engrandece. (Salmos 18:35).

Te reconocemos como nuestro único y verdadero Señor, ABBA KADOSH y venimos ante tu trono de gracia a presentar nuestra vida, todo nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Nuestros antepasados y nosotros hemos sido perversos, desobedientes y rebeldes, por eso suplicamos que nos perdones toda nuestra maldad. Ahora te pedimos que nos guíes en tu verdad y enséñanos, porque tú eres el ELOHIM de nuestra salvación; en ti esperamos todo el día. (Sal 25:5)

Más, ¿Qué dice? Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y en tu corazón, es decir, la palabra de FÉ que predicamos: que si confiesas con tu boca a Jesucristo por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:8-10)

Confesamos a Jesucristo por Señor de nuestro corazón y de nuestras vidas, y creemos que el PADRE le resucitó de entre los muertos, por lo tanto ahora somos su pueblo y ovejas de su prado. Nos rendimos completamente a ÉL.

Jesucristo respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. (Juan 14:23)

ETERNO DIOS: nosotros te amamos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma. Ayúdanos a guardar tu Palabra. Ven Padre Eterno, ven YESHÚA a nosotros y hagan morada en nosotros. Gracias por la Salvación. Bendito seas DIOS PADRE, DIOS HIJO y DIOS ESPIRITU SANTO desde el siglo y hasta el siglo. Amén.

Tomar toda la armadura de Dios (Efesios 6:10-18): Nos fortalecemos con el gran poder de JESUCRISTO. Nos ponemos toda la armadura de Dios y hacemos frente a todas las artimañas del diablo, y cuando llegue el día malo, permaneceremos firmes resistiendo hasta que acabe la batalla. Nos ceñimos con el cinturón de la verdad, y nos protegemos con la coraza de justicia, y calzamos nuestros pies con el ánimo de proclamar el Evangelio de la Paz. Ahora tomamos el escudo de la FÉ con que vamos a apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomamos el casco de salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Como guerreros oramos todos los días y nos mantenemos alertas y perseverantes en oración de los unos por los otros.

Salmos 143:11 (Nueva Versión Internacional)
Por tu nombre, Señor, dame vida; por tu justicia, sácame de este aprieto.

Salmos 138:7 (Nueva Versión Internacional)
Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida;  contra el furor de mis enemigos extenderás la mano: ¡tu mano derecha me pondrá a salvo!

Salmos 138:3 (Nueva Versión Internacional)
Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.

Salmos 120:1 (Nueva Versión Internacional)
En mi angustia invoqué al Señor, y él me respondió.

Salmos 118:5-6 (Nueva Versión Internacional)
Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad. El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿Qué me puede hacer un simple mortal?

Salmos 102:1-2 (Nueva Versión Internacional)
Escucha, Señor, mi oración; llegue a ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro cuando me encuentro angustiado. Inclina a mí tu oído; respóndeme pronto cuando te llame.

Salmos 86:6-9 (Nueva Versión Internacional)
Presta oído, Señor, a mi oración; atiende a la voz de mi clamor. En el día de mi angustia te invoco, porque tú me respondes. No hay, Señor, entre los dioses otro como tú, ni hay obras semejantes a las tuyas. Todas las naciones que has creado vendrán, Señor, y ante ti se postrarán y glorificarán tu nombre.

Salmos 50:14-15 (Nueva Versión Internacional)
Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus promesas al Altísimo Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás.

Salmos 37:39-41 (Nueva Versión Internacional)
La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia. El Señor los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él ponen su confianza.

Salmos 34:6-9 (Nueva Versión Internacional)
Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias. El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos. Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. Teman al Señor, ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen.

Salmos 32:7 (Nueva Versión Internacional)
Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación.

Salmos 31:7-8 (Nueva Versión Internacional)
Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. No me entregaste al enemigo, sino que me pusiste en lugar espacioso.

Salmos 27:2-4 (Nueva Versión Internacional)
Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen. Aún cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza. Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo.

Salmos 25:15 (Nueva Versión Internacional)
Mis ojos están puestos siempre en el Señor, pues sólo él puede sacarme de la trampa.

Salmos 25:18 (Nueva Versión Internacional)
Fíjate en mi aflicción y en mis penurias, y borra todos mis pecados.

Salmos 23:5 (Nueva Versión Internacional)
Dispones ante mí un banquete en presencia de mis  enemigos. Has ungido con perfume mi  cabeza; has llenado mi copa a rebosar.

Salmos 18:6 (Nueva Versión Internacional)
En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!

Salmos 9:9-10 (Nueva Versión Internacional)
El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia. En ti confían  los que conocen tu nombre, porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.

Salmos 4:1
Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración.

Salmos 4:3 (Nueva Versión Internacional)
Sepan que el Señor honra al que le es fiel; el Señor me escucha cuando lo llamo.

Salmos 92:10-11 (Nueva Versión Internacional)
Me has dado las fuerzas de un toro; me has ungido con el mejor perfume. Me has hecho  ver la caída de mis adversarios y oír la derrota de mis malvados enemigos.

Oración. LA BATALLA.
Padre Eterno: Tomo valentía, esfuerzo y ánimo y me levanto porque tú eres mi fuerza cuando soy débil. TU NOMBRE ES FIEL Y VERDADERO, y tú reinas y dominas aún en medio de lo que parece tan difícil e inexplicable. Mi completa y única confianza está en ti, Dios. Me amarro ahora a ti, me amarro a tu Palabra, porque tu Palabra no volverá a ti vacía. Espero en tu palabra de devolverme todo lo que perdí o me fue robado, en el nombre de Jesús. (Pronuncio Proverbios 6:31) sobre mi vida: todo lo que me fue tomado me será devuelto siete veces. Decreto que ninguna arma forjada contra mí prosperará, y que cada lengua que se levante contra mí, evidenciará estar equivocada. Señor, gracias por ser escudo alrededor de mí. Gracias por enviar tu ángel que me guía en el camino. Tú eres mi máxima protección, gran escudo, y mi refugio está en ti. Nada hay que pueda separarme de tu amor: ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni poderes, ni lo presente, ni lo porvenir, ni la altura, ni la profundidad, ni ninguna otra cosa creada podrá separarme del amor de Dios. Estás perfeccionando mi FÉ, estoy siendo llevado a un nivel sobrenatural donde puedo ver ejércitos de ángeles y sus carros alrededor mío y a favor mío y cuando ordene a este monte que se mueva, este monte se moverá. Tú cumplirás tu propósito en mí. Echo toda mi ansiedad sobre ti porque sé que me cuidas. Señor, cuando me rindo a ti me regocijo y me sobreviene abundancia de paz. Sé que todas las cosas operan en conjunto para el bien de los que te aman y son llamados de acuerdo con tu propósito.

Yo estoy llamado de acuerdo con tu propósito; por lo tanto, sé que esta breve tribulación pronto será como aguas que pasaron. Esto acarreará un gran testimonio y gloria para ti. Señor, gracias por confiarme esta tribulación. Sé que no pondrías sobre mí más de lo que puedo soportar. Este desafío de mi vida está desarrollando paciencia en mí. La paciencia que estoy recibiendo está templando mi carácter y hace que te conozca cada vez más, y cada vez la esperanza crece más en mí.

Por la esperanza que estoy extrayendo de esta experiencia, no estaré desilusionado al final.

Ningún espíritu de miedo, preocupación, desesperanza, depresión o angustia atormentará mi alma. El pánico, el espanto, el terror se alejan de mí ahora en el nombre de Jesús. El espíritu de derrota es reemplazado por la victoria. No tengo un espíritu de temor; tengo espíritu de poder, amor y dominio propio. Señor, tomo autoridad sobre cada espíritu de oposición que viene a contender con tu divino propósito para mi vida.

No me sobrevendrá fracaso. No me sobrevendrá derrota.
No me sobrevendrá desánimo, ni turbación, no me sobrevendrá confusión.

No seré avergonzado ni humillado frente a mis enemigos.
Unges mi cabeza con aceite, mi copa está rebozando.
Ato el espíritu de distracción que viene a enredarme y desanimarme.

¡No soy movido por lo que veo! Camino por FÉ y no por vista. Suelto la voz de la FÉ sobre mi situación y digo que mi Padre es mi gran SUSTENTADOR. Nada me faltará. 

Mi Dios suplirá toda mi necesidad conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Cada una de mis necesidades ya está cubierta.

No hay carencia en mi vida. Las puertas se están abriendo a mi favor.

Me regocijo de saber que nunca me has dejado ni me has abandonado. Prometiste estar conmigo en el problema y salvarme, porque he conocido tu nombre. Aunque el enemigo, venga como río, más el Espíritu del Señor, levantará bandera contra él. Jesús, tu nombre es una torre fuerte. 

Corro y me refugio en ella y estoy seguro. Toda flecha o dardo enviado contra nosotros, no dará en el blanco, será desviado y caerá. Las flechas repentinas:  ataques, catástrofes, calamidades, emergencias, tormentas, desastres, peligros, acusación, juicio, traumas y cualquier otra cosa que vengan para lastimar a mi familia o a mí no nos dañarán, porque estamos cubiertos por la sangre de Jesús. Padre Santo Altísimo: tú sabes todas mis necesidades, aún antes de abrir mis labios, Tú ya sabes lo que voy a decir. Tú lo sabes todo. Te encomiendo ahora mi caso, mi necesidad y te ruego por un milagro, porque NADA HAY IMPOSIBLE PARA TI.

Te encomiendo que obres ahora en la situación que me agobia: __________________________(Nombre la situación, hable con Dios de toda su situación y exprese EXACTAMENTE, lo que usted desea, pero de todos modos sujétese a la voluntad y al tiempo de EL para obrar el milagro que usted necesita).

Sujeto y someto a ti, todo este caso, sea hecha tu voluntad, encomiendo a ti Señor Jesús mi situación y, confío plenamente en ti, AGUARDO TU MANIFESTACIÓN PODEROSA, la aguardo con todo mi corazón. Que todo sea hecho según tu voluntad. Sé que eres inmensamente justo y sé que no llegarás tarde a socorrerme. Pronuncio tu Victoria ahora, no voy a desmayar, porque veré tu gloria en la tierra de los vivientes.

Manifieste en mi vida y en la vida de los que me rodean.
Muchas gracias, bendigo tu Santo nombre y te doy gracias porque ya has hecho el  milagro que tanto necesito. Amén y amén.

ORACION DE FÉ.  AUTORA: BRENDALIZ AVILÉS
Aunque mis ojos aún no lo ven, sé mi Dios que estás obrando.
La FÉ ve lo que los ojos a simple vista no pueden ver y va más allá de los sentidos. Sobrepasa el entendimiento o la fuerza. Y yo sé que Tú estás haciendo algo.

Así como la semilla que se siembra en la tierra y no ves lo que está pasando allá dentro, pero con el pasar del tiempo ves la flor florecer, el árbol dar sombra y el fruto producir.

Igual que el viento que siento acariciar mi rostro a veces quietamente y otras de manera abrupta, pero no lo veo, yo sé que estás muy  cerca de mí. Cada día me das la fortaleza para querer mantenerme firme.

Y esa firmeza de carácter proviene porque he conocido tus palabras. Porque las he leído, meditado y atesorado en mi corazón. Porque cuando estoy en oración delante de tu presencia, se hacen tan reales y aún en el momento de la prueba yo puedo recordarlas y sostenerme.

Por eso sé que tus planes con mi vida son maravillosos, porque los padres desean el bienestar de sus hijos, y tú me formaste en el vientre de mi madre.

Tú me amaste primero, aún cuando yo no comprendía del todo lo que tenías para mi vida. Yo solo aguardo a que tu tiempo se cumpla. Sé que falta poco y a veces me impaciento, pero tu Espíritu Santo me da la calma y yo permanezco confiada/o. Mis ojos no te pueden ver, pero mi corazón te siente. Es algo que nadie me puede quitar. Quizás muchos no lo entiendan, mas yo sé que algo estás haciendo. Y escribo esto con la clara convicción de que mis ojos en algún momento verán lo que hoy tan sólo es decretado por medio de la FÉ. Te creo porque nunca mientes, el hombre falla pero tú eres DIOS. Y confieso estas palabras porque sé que algunas cosas tienen que ser creídas antes de ser vistas. CREO en cada una de tus palabras y veré cumplirse cada cosa que has dicho. ES TU GLORIA QUE CAE COMO LUZ EN MI VIDA Y ME LLENA DE ALGO TAN INEXPLICABLE, pero que da gozo y paz. Te amo Señor, sé que lo sabes, pero te lo repito una y mil veces más, porque no hay nadie como tú, ¡tan poderoso y tan real!

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