TRABAJO PROFESIONAL, ECONOMÍA Y VIDA DE PAREJA

La vida profesional  ocupa una gran parte de nuestra existencia, y no es exagerado afirmar que para algunos ocupa la mayor parte de su existencia. El trabajo repercute pues en la vida de la persona y por consiguiente en la relación de la pareja.

¿Qué es realmente le trabajo? Para la mayoría de personas, el trabajo es una obligación impuesta por la necesidad, es un medio absolutamente necesario para poder ganarse la vida, un medio para poder tener dinero con el que subvenir a sus necesidades. Y sin embargo, el trabajo podría ser algo enteramente distinto. Podría ser la expresión creativa y espontánea  de las capacidades que hay en las personas. El trabajo debería ser la expresión de uno mismo, un medio de autorrealización, no un medio para ganarse la vida sino un medio para llegar a ser uno mismo. El trabajo nos ocupa gran parte de nuestro tiempo, y si tenemos en cuenta que el tiempo es vida, cuando trabajamos  damos trozos de nuestra vida a cambio de un salario. Quien nos contrata compra espacios de vida y los utiliza para producir beneficios.

En la mayoría de trabajos se valora la competitividad y la productividad y esto puede conllevar un acumulo de tensión y de estrés que repercuten negativamente en las relaciones personales y familiares. Así mismo, la dedicación y la entrega entusiastas son valoradas positivamente. A menudo justificamos la dedicación al trabajo diciendo que no hay más remedio que actuar de esa manera, que el trabajo es muy duro, que hay mucha competencia, que si no se hace se está poniendo en peligro el futuro personal y familiar, que hay que hacerlo así para dar a los seres queridos  todo aquello que se merecen. Caer en esta « trampa » no es demasiado difícil.

Cuando existe una excesiva dedicación al trabajo se puede llegar al fenómeno denominado « adicción al trabajo » y este es un trastorno cada vez más frecuente. La persona que lo padece entra en él sin darse cuenta, poco a poco reduce sus centros de interés y se preocupa básicamente de su rendimiento profesional. Si realiza alguna actividad fuera del trabajo es con el único objetivo de mejorar el rendimiento profesional.

El ámbito profesional es quizás el que más ha cambiado en cuanto a los planteamientos de pareja desde hace unos años. Las diferencias sociales del trabajo (él fuera, ella dentro) crearon diferencias categoriales  dentro de las parejas, porque socialmente el trabajo se valora sobre todo por su rentabilidad económica. A pesar de la progresiva equiparación de los trabajos, quedan aún huellas de estas diferencias y valoraciones. La sociedad no ha encontrado todavía una respuesta satisfactoria a los problemas que plantea el trabajo de la mujer fuera de casa. Hoy en día, cada pareja debe encontrar respuestas satisfactorias a los distintos interrogantes que plantea el trabajo profesional y esto no es nada fácil ya que muchos planteamientos teóricos chocan con la realidad y son difíciles de mantener en la práctica.

¿Qué sentido damos cada uno al trabajo? ¿ A la promoción Professional ?
¿Qué lugar ocupa lo profesional en nuestra lista de prioridades?
¿Cómo consideramos el trabajo del otro? ¿Intentamos comprender sus problemas ?
¿Constituye el trabajo un medio de satisfacción y de realización personal ?
¿Necesitamos reducir alguna hora de trabajo para dedicarla a la pareja, a la familia ?

La economía es otro de los grandes temas inevitables y muy relacionado con el tema laboral. El ser humano vive vinculado a su economía en mayor o menor grado. La situación económica centra muchas de las expectativas y es causa de gran número de preocupaciones en las personas. Puede llegar a ser centro de atención familiar si se toman los aspectos económicos como punto de referencia más importante.

El planteamiento de la economía familiar puede ser motivo de enfrentamiento. Las causas son variadas:  trabajar más para tener más ingresos, preocuparse por aumentar el patrimonio familiar, dar prioridad a aspectos materiales, intentar ahorrar más, etc... Por un motivo o por otro, cuando se habla de economía familiar las tensiones está aseguradas. También cabe señalar como elemento que complica las cosas, una cierta tendencia al doble lenguaje cuando se habla de dinero. Pocas personas reconocen que para ellas el dinero sea importante o la cosa más importante, pero en cambio actúan demostrando lo contrario. Al hablar del tema se producen contradicciones importantes.

Así mismo hay que tener en cuenta que la administración de la economía familiar no está exenta de complicaciones: complejidad para distribuir los gastos de manera que no se desequilibre el presupuesto, gestiones con bancos, pago de impuestos, temas de seguros, etc…Por eso es importante que los dos miembros de la pareja colaboren tanto en la toma de decisiones como en la organización económica. Para ello es necesario que exista absoluta trasparencia económica y que desde un principio se mantenga una  actitud dialogante. Lo que resulta utópico es pensar que el aspecto económico no tiene importancia y que se puede vivir sin pensar en él.

El gran riesgo cuando se hace gravitar la vida familiar alrededor de los aspectos económicos y del trabajo, es caer en el materialismo. Las inquietudes materiales, cuando usurpan el primer puesto, hacen disminuir las inquietudes espirituales y las personales. Uno de los problemas es que a menudo confundimos nuestros anhelos espirituales con deseos materiales. Por ejemplo, podemos creer que  el hecho de pagar las facturas sin agobios nos da serenidad, pero esto ha de ir acompañado de un sueldo más sustancioso, y de la necesidad de invertir más tiempo, más energía y más emociones en nuestro trabajo. Lo que hacemos es restar tiempo a la familia, a las aficiones, al desarrollo espiritual, al descanso y al ocio para trasladarlo a la casilla del trabajo,  porque creemos que  eso nos va a dar más tranquilidad y más serenidad. 

Nuestro proyecto debe definirse a partir de una serie  de aspectos concretos y la respuesta a los interrogantes que se vayan planteando nos permitirá saber cómo queremos vivir y qué destino queremos dar a nuestro dinero, sea mucho o sea poco.

¿Cómo consideramos el dinero que aportamos cada uno? ¿Tuyo o mío ? ¿Nuestro ?
¿Qué sentido damos al dinero ?¿Cómo vamos a usar ese dinero ? ¿Cuáles son nuestras prioridades ?
¿En qué vamos a gastar lo « no imprescindible?
¿Qué importancia damos a todo esto en nuestra vida?

« …Pero yo os digo que cuando trabajáis estáis realizando una parte del más lejano sueño de la tierra, que os fue asignada al nacer ese sueño…
… ¿Y qué es trabajar con amor?
Es tejer la tela con hilos sacados de vuestro corazón, como si vuestro bienamado debiera vestirla.
Es construir una casa con afecto, Como si vuestro bienamamdo debiera habitar en ella. Es sembrar granos de ternura y recoger la cosecha con alegría, Como si vuestro bienamado debiera recoger sus frutos.
Es poner en todo lo que hagáis un soplo de vuestra alma… »
KHALIL GIBRAN

« El problema del dinero nos persigue durante toda la vida, ejerciendo una presión que, en cierto modo, es tan poderosa e insistente como cualquier otro problema de la existencia humana. Y entorpece nuestra búsqueda espiritual »
JACOB NEEDLEMAN

« El problema que plantea la vida en la cultura contemporánea puede definirse como un reto para comprender las palabras de Jesús.
No es tan sencillo; de hecho, es muy difícil.
Debemos empezar por tratar de comprender en nuestro fuero interno qué pertenece al ámbito trascendental y qué al ámbito material. Y luego conceder a cada uno lo que le corresponde, ni más ni menos. En eso consiste el ser humano. El significado sólo puede provenir de esa fuente.


JACOB NEEDLEMAN

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