LA NEUROSIS

Junto a la inseguridad y la ansiedad se pueden encontrar manifestaciones de un proceso de neurosis. Generalmente no se habla de que esas evasiones a las que nos estamos refiriendo puedan ser desencadenantes de un proceso de neurosis. Sin embargo, un especialista en esta materia, Torelló, se refiere a esta posibilidad con prístina claridad: «Está de moda decir que determinadas neurosis provienen de una inadecuada represión de los instintos. Pero no ha pasado las fronteras del trabajo clínico y de la dirección espiritual -quién sabe si por una fraudulenta tentativa de silenciar un hecho que demuestra la espiritualidad del hombre- un hecho constatado todos los días: las neurosis, verdaderas enfermedades del espíritu, que padecen las personas por reprimir su deseo de eternidad y perfección.

»Nuestras necesidades espirituales son tan fuertes como las necesidades que los instintos biológicos, y la naturaleza sufre cuando la parte más delicada y elevada de la personalidad se ve maltratada: el espíritu, el deseo de perfección, el deseo de Dios.

»A propósito de esto, no podemos dejar de recordar las palabras que el gran novelista italiano Vitaliano Brancati ponía en boca de Pablo il caldo" (Pablo el ardiente), en su último y penosísimo esfuerzo de purificarse ante la cercanía de la muerte: “tú que me aconsejas que consulte a los psicoanalistas... diles a tus amigos que ninguna cosa da tanta alegría como la abstinencia... sus psicoanalistas siempre han buscado en mí indicios de haber expulsado de mi conciencia todo mi instinto sexual. ¡Ah, te garantizo que no! ¡No he reprimido ningún impulso de ese tipo! Al contrario, ¿sabes lo que he arrancado, lo que he expulsado de mi conciencia y arrojado a la cloaca de mi ser? ¡El pudor, la caridad, un mandamiento del Evangelio! ¿Sabes lo que puse bajo mis pies y reduje al silencio? ¡A Jesucristo en persona!" ».

No se puede ser más claro en esta materia. Por esto mismo, tampoco es difícil entender que, como ha constatado la psiquiatría contemporánea, un porcentaje elevadísimo de neurosis es producido por la ausencia de sentido religioso en la vida humana.

«Jung -y toda la psicoterapia de la Escuela de Zurich, ya citada- está convencido de que en lo más íntimo de toda neurosis existe un problema religioso, sobre todo en personas mayores de 35 años».

Von Gebsattel, uno de los más prestigiosos psiquiatras modernos, se explica con esta claridad: «Quiero dar a conocer el descubrimiento que hace el médico con sus enfermos neuróticos. Casi todos estos enfermos sufren por haber perdido el sentido de la existencia, de su existencia particular. Padecen profundamente porque, a causa de esta pérdida -y, por tanto, también a causa del deterioro de la existencia en su conjunto, concomitante a la pérdida del sentido existencial- no encuentran un punto de apoyo real, seguro, ni en el mundo, ni en la sociedad, ni en su trabajo, ni en su función sexual, ni en sí mismos. Cuando para un hombre la existencia ha perdido su sentido, la ne-cesidad que padece es la mayor que se puede dar, y esta necesidad es, por definición, de naturaleza religiosa, porque la fuente del sentido de la existencia y de la vida es el hecho religioso y, hablando con mayor propiedad, el Cristianismo».


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