El relato de la torre de Babel es uno de los más populares de la Biblia.
Posiblemente su popularidad radica en que en este relato nos vemos reflejados
los seres humanos de todos los tiempos en algo que llevamos muy dentro: el
orgullo.
Contra la apariencia de omnipotencia que los hombres sienten, la dura realidad
que cada ser humano experimenta en sus adentros es la dificultad de
comunicación consigo mismo y con el otro. Cada vez que dos personas o más se
juntan para hacer algo en común sienten mermado su poder de acción y de
eficacia porque es difícil ponerse de acuerdo, comunicarse, entenderse. La
torre de babel es la primera lección que la persona aprende: el otro que está
enfrente de mí, aunque hable la misma lengua que yo, es siempre un extranjero,
alguien que tiene una manera de situarse en el mundo de forma diversa a la mía.
Hay que partir de una premisa: toda relación humana tiene momentos de “Babel”.
Y “Babel” es, ordinariamente, algo que no gusta. La experiencia de
incomunicación es una experiencia dura para la persona humana.
- No es que “babel” sea algo negativo. Se trata de una etapa en el desarrollo y
en la madurez de la persona y de las relaciones. Lo malo de “babel” no es
“babel”. Lo malo de “babel” es estacionase y detenerse en “babel”. Se corre el
peligro de quedarse continuamente habitando la incomunicación, produciendo
rupturas interpersonales, negándose a aprender lenguas, a comprender a las
otras, maquinadas sospechas y levantando bulos....
- Quien hace de Babel su residencia y su ciudad se autoexilia en la
incomprensión.
- Sin pasar por “babel”, difícilmente podemos decir que vamos por el buen
camino.
¿Por qué no sentarnos y hacer el esfuerzo de aprender la lengua del otro? ¿Por
qué no ver más lo que nos une que lo que nos separa?
Tener la experiencia de bale es tener la experiencia de la dificultad de
entenderse. Unas veces esta experiencia es algo personal. Lo traducimos con
expresiones como: “No sé que me pasa, pero no me entiendo”.
La Biblia, al narrar la historia de babel, señala que le orgullo es algo capaz
de poner de acuerdo a los hombres, al menos momentáneamente. Allí donde hay una
“ganancia orgullosa” parece que hay un principio de acuerdo. Pero dura poco.
¿Cómo eliminar Babel?
- La escucha,
- La comprensión del otro,
- El servicio,
- El olvido propio en beneficio de la persona que necesita algo de mí...
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