Un
bebé de tan sólo un año empezó a experimentar sus primeros pasos y quiso
hacerlo sin la ayuda de su padre, pensando que lo lograría; sin embargo,
cayó y se lastimó. Este accidente sucedió porque el niño decidió
soltarse de la mano de quien lo sostenía.
Muchos cristianos, después de haber crecido espiritualmente, deciden caminar solos sin la ayuda de Dios, soltándose de su mano y creyendo saberlo todo; llegan a ser autosuficiente en su propia opinión sin tomar en cuenta que eso es una mentira que el enemigo quiere que crean.
Muchos cristianos, después de haber crecido espiritualmente, deciden caminar solos sin la ayuda de Dios, soltándose de su mano y creyendo saberlo todo; llegan a ser autosuficiente en su propia opinión sin tomar en cuenta que eso es una mentira que el enemigo quiere que crean.
El orgullo y la soberbia son malos consejeros que te hacen creer que no necesitas de la gracia del Padre. Esto sucede cuando uno se aleja de Dios en su corazón. Muchas veces cometemos el error de caminar sin la ayuda del Señor y creemos que estamos en lo correcto, sin darnos cuenta que así vamos poco a poco hacia un callejón sin salida.
Es necesario reconocer que nuestra seguridad se encuentra en Dios, el buscarlo con un corazón arrepentido nos acercará una vez más a Él y volveremos a caminar junto a nuestro Padre.
El Señor quiere cuidar de ti en todo momento como a un niño que necesita ser protegido en todo tiempo. Hoy es el mejor día para estar a solas con Jesús y decirle: “No quiero caminar solo, deseo que vayas conmigo, no me sueltes de tu mano”.
Si Dios va contigo, ninguna cosa prosperará contra ti, tu vida se llenará de su luz y podrás caminar sin temor en medio de la oscuridad. Él estará contigo y no te desamparará, tu refugio seguro está en la mano del Padre. ¡No camines solo!
“Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas”. Proverbios 3:6 (RVR1960)