SALMO 118 - SALMO DE LA PALABRA DE VIDA

Quiero, Señor, hacer de tu Palabra un camino para mi vida; quiero amar tu voluntad de todo corazón. Quiero guardar puro mi camino cumpliendo tu Palabra; de todo corazón te ando buscando, Señor Dios mío. ¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Quiero ser discípulo tuyo y ponerme a tu escucha cada día; quiero hacer de tu Palabra la norma que me guíe, paso a paso; y encontrar en tus mandatos y preceptos mis delicias.

Abre mis ojos, Señor, a la luz y al calor de tu Palabra. ¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Sostenme en pie, fortaléceme con la fuerza de tu Palabra; aléjame del camino de la mentira y que siga tu ley de amor. Quiero correr por el camino de tus mandamientos, Señor, y guardarlos en el corazón y hacerlos vida en mi vida. ¡La Palabra de Dios es vida, la Palabra de Dios es amor! Tu palabra de verdad alumbra mis pasos por el sendero; en tu palabra he puesto mi esperanza día y noche; con todo corazón quiero empeñarme en cumplir tu voluntad, y que mis caminos sean siempre tus caminos.

¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Enséñame sabiduría y aprenderé a ser libre y feliz; enséñame prudencia y aprenderé a situarme en la vida; enséñame los secretos de tu corazón de Padre, y aprenderé a vivir desde lo profundo de mi existencia. ¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Tu palabra es más rica para mí que la plata y el oro; tu palabra es para mi boca más dulce que la miel; tu palabra es antorcha para mis pasos por el camino; tu palabra es manantial que apaga mi sed.

¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Yo amo tu palabra y gozo al sentirme en comunión contigo; yo espero tu palabra y ella es respuesta a mis preguntas; yo cumplo tu palabra y ella me da fuerza como nadie; yo creo en tu palabra y ella alimenta mi pobre fe. ¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Tu palabra me enseña a amar la verdad y rechazar la mentira; tu palabra me enseña a amar hasta las últimas consecuencias; tu palabra me enseña a mantener el corazón limpio y puro; tu palabra me enseña a buscar la justicia entre los que me rodean.

¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor! Mantén mi corazón firme en el proyecto de tu palabra; que tu palabra sea siempre la alegría de mi corazón; que yo me incline siempre a guardar tus mandamientos, y que busque en tus mandatos el camino de la salvación. ¡La Palabra de Dios es vida, la palabra de Dios es amor!

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