A PESAR DEL TORMENTO

A Zac Smith, a los 32 años, casado y con hijos, le diagnosticaron cáncer de colon de grado 4, él no entendía por qué lo tenía pero sabía que Dios estaba al mando. Después de un tratamiento de quimioterapia los resultados fueron positivos, ya no había cáncer en su cuerpo, su familia y él estaban felices. Sin embargo después un nuevo análisis mostró que el cáncer había reaparecido pero ahora en otra área de su cuerpo. Él cuenta que fue un tiempo de mucha confusión, más que todo porque ahora la quimioterapia ya no era efectiva, prácticamente los médicos no le dieron esperanza.

Zac, recuerda Mateo 7:11  “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” Él comenta: “Dios no puede darme un regalo malo, el cáncer es lo mejor que me ha pasado… soy un mejor esposo y un mejor padre, mejor jefe, mejor amigo y un mejor seguidor de Jesús”.

Finaliza su historia diciendo… Esto sé: Si Dios escoge sanarme, entonces Dios es Dios y es bueno. Si Dios escoge no sanarme y permite que yo muera, Dios es aún Dios y es aún bueno. A Dios sea la Gloria.

Este testimonio me hizo reflexionar acerca de cómo debería ser un seguidor de Jesús, que a pesar de los obstáculos y batallas deberíamos de estar firmes, sin desmayar en nuestra fe y sobretodo sin desanimarnos.

Es cierto que las enfermedades son causa de mucho dolor, tormento, incertidumbre y hasta depresión y que Dios tiene todo el poder para sanarnos, pero si no fuera su voluntad sanarnos por alguna razón que desconocemos y que incluso no llegáramos a saber en vida? ¿Seguiremos siendo sus fieles seguidores?

Deuteronomio 29:29 (NTV) dice: “El Señor nuestro Dios tiene secretos que nadie conoce. No se nos pedirá cuenta de ellos. Sin embargo, nosotros y nuestros hijos somos responsables por siempre de todo lo que se nos ha revelado, a fin de que obedezcamos todas las condiciones de estas instrucciones.”

A pesar del dolor nuestra actitud debería ser como la de Zac, que aunque Dios no le dio una respuesta positiva hasta el fin de sus días, reconoció que Dios es Dios y que es bueno.

Piensa, si Dios no te sanara o si no te diera lo que tanto anhelas ¿Seguirías amándolo?

Dios ya nos dio lo más importante que es la salvación, y si está dentro sus propósitos darte aquello que tanto ansías, lo hará, solo no te concentres en lo que te dará sino en quién es Él para ti.

A pesar de todo Dios siempre es bueno.

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