Aquí estoy contigo y quiero ser «yo mismo» de verdad. Contigo, Jesús, amigo, que eres auténticamente tú y no otro. Contigo: con tu rostro, con tus manos, con tu corazón, con tu ser. Contigo, Jesús de Nazaret; con tu personalidad inconfundible.
Me fascina tu persona; me atrae tu palabra; me arrastra tu estilo de vida. En Ti no hay ambigüedad, ni «sí y no»; en Ti sólo hay verdad. Quiero estar ante Ti y sentirme pleno ante DIOS mismo. Quiero hacer encuentro conmigo mismo; quiero bajar hasta mi fondo; quiero tocar mi hondura y dejar de vivir desde la superficialidad; quiero, Jesús, amigo, descubrirme por dentro y vivir desde dentro; quiero tomar conciencia de lo que no soy y de lo que soy; quiero asumir mis sombras y mis luces, mis miedos y conflictos; quiero tocar mi barro y levantarlo a pulso hacia Ti.
Aquí estoy, Señor, cansado de no ser yo mismo; ser marioneta; cansado de ser manipulado, manejado, llevado y traído; cansado de mi libertinaje y mi falta de libertad auténtica; cansado de vivir desde la careta, la máscara, el postizo; cansado de «darme oxígeno» con tantas cosas sin llegar a respirar a fondo; cansado de mi inseguridad, mi inestabilidad, mi vida sin apoyo profundo.
Quiero, Señor Jesús, poner en mi vida razones profundas que me hagan vivir; quiero tener motivaciones sanas y puras que me eleven a la altura; quiero tener voluntad propia, fuerza a la hora de decidir; quiero ser libre y optar sin que nadie me empuje ni dé cuerda; quiero, Jesús, dejar la arena y apoyarme en roca firme.
Aquí me tienes en busca de mis raíces, de mi historia; aquí me tienes con ganas de ser verdadero y libre; aquí me tienes con ganas de salir de mi egoísmo y vivir en amor; aquí me tienes sin definirme cómo soy, sin poseerme en mi realidad.
Aquí me tienes con ganas de cambiar, de vivir otro estilo; aquí me tienes con ganas de ser hombre nuevo, hombre en pie.
Ayúdame, Jesús amigo, a no venderme a lo más fácil y vacío; ayúdame, a romper con las amarras que me esclavizan; ayúdame, a romper la concha donde estoy encerrado; ayúdame, Jesús amigo, a superarme, a buscar la cumbre.
Ayúdame, Jesús amigo, a hacer de mi vida un estilo como el tuyo; ayúdame, a hacerme hombre según la norma de tu Evangelio; ayúdame, a tenerte a ti como Modelo de HOMBRE.
Quiero ser original y no copiar modas, ni vestir anuncios; quiero ser auténtico y no perder mi verdad por la imagen barata; quiero ser valiente y no buscar componentes a mi vida; quiero ser enérgico, decidido, y no andar en duda continua. Quiero, Jesús amigo, ser fiel a la palabra que me has dado; quiero ser constante en el amor, en la amistad que ha nacido en mí, Quiero, Jesús amigo, ser creativo, vivir desde el centro de mí mismo; quiero ser yo, desde mi YO profundo y vivir desde mi corazón.
Aquí estoy, Jesús amigo: quiero encontrarme y sólo desde Ti me encontraré; dame conocimiento de mí mismo a la luz de lo que eres Tú; dame conocimiento de lo que soy a la luz del hombre del Evangelio. Sólo quiero, Señor Jesús, vivir como hombre nuevo, el Proyecto de vida que tu Padre y Padre nuestro me entregó, y llevarlo a cabo para así dar gloria a Dios de corazón.
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