SALMO EN BUSCA DE LIBERTA

He tirado mi toalla, Señor; me siento atrapado contra el muro. Siento que todas las puertas y ventanas se me han cerrado una a una. Tengo la sensación, Señor, de que los caminos no llegan a ninguna parte.

Y me siento enredado en esta tela de araña que lo domina todo. Me siento sin libertad, me siento preso y manipulado.

Me siento llevado y traído por el aire de la moda estúpida. Me siento manejado por el mundo de los ídolos que rechazo.

Me siento al compás de la música vacía y chabacana que me aturde.

No sé ir a otros sitios diferentes de donde van los demás. No sé hacer otras cosas sino las que hace todo el mundo. No sé hablar sino con expresiones vacías y que nada dicen.

No sé pensar sino con el slogan que mancha el muro de enfrente. No sé llevar sobre mi cuerpo otra cosa que lo que me ofrecen en los anuncios.

No sé llegar a casa sino a la hora «en que todos llegan». No sé gastar sino en lo que todos piden y beben. No sé; no sé; «no sé»... y ésta es la expresión de todos y la mía.

¿Cómo ser libre, Señor, verdaderamente libre, siendo yo mismo?

¿Cómo ser libre viviendo tu Evangelio hasta las últimas consecuencias?

¿Cómo ser libre y no ser un juguete de la propaganda machacona?

¿Cómo ser libre y aprender a decir «no» aunque vaya contra corriente?

¿Cómo ser libre y saber llegar hasta donde debo y no dar un paso más?

¿Cómo ser libre y aprender a decidir sabiendo lo que quiero?

¿Cómo ser libre y al mismo tiempo depender de una familia?

¿Cómo ser libre y al mismo tiempo buscar apoyo en un grupo de amigos?

¿Cómo ser libre y saber prescindir de lo que crea en mí dependencia?

¿Cómo ser libre, Señor, y ser yo mismo, con mi originalidad?

Tú has dicho, Señor, que la verdad nos hará libres. Nos has dicho que tú eres el Camino de la libertad. Tú fuiste libre como el viento, como la ola sobre la playa.

Tú fuiste libre en medio de una sociedad podrida y opresora. Tú fuiste libre proclamando tu Evangelio sin callar ninguna palabra.

Tú fuiste libre saltando las normas que iban contra el hombre. Tú fuiste libre y te enfrentaste con los poderes a cara descubierta.

Tú fuiste libre y la coherencia de tu vida la firmaste con tu muerte.

Tú fuiste libre en el poder y fuerza de tu Espíritu de Verdad.

Tú fuiste libre, Jesús de Nazaret, y apasiona y fascina seguirte.

Enséñame, Señor, el camino de libertad en alas de tu Evangelio.

Que sea libre ante el egoísmo y me lance al servicio.

Que sea libre ante el odio y que asuma el perdón.

Que sea libre ante la mentira y entre en la luz.

Que sea libre ante el orgullo y tenga un corazón sencillo.

Que sea libre ante la violencia y trabaje por la paz.

Que sea libre ante mi afán de dominio del otro y respete su forma de ser y su estilo de vida.

Que sea libre ante la superficialidad y emprenda un camino de interiorización.

Que sea libre diciéndote sí a Ti, hombre libre, ante un mundo en libertinaje.

Dame un corazón que sueñe despierto caminos sin fronteras.

Dame un corazón que sueñe utopías y cruce montañas.

Dame un corazón que ame lo desconocido y se arriesgue en la aventura.

 Dame un corazón capaz de crear una vida nueva, original. Dame un corazón que tenga alas de águila y escale las alturas.

Dame un corazón que se enamore y se haga loco por la pureza y verdad.

Dame un corazón lleno de tu Espíritu que irradie en mí semillas de libertad.

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