La
esclavitud es una forma de sometimiento del hombre por el mismo hombre que se
practicó desde la antigüedad, pero luego de una larga lucha para acabar con la
sumisión humana se logró terminar con este mal en la sociedad, por ello cada 2
de diciembre se celebra la libertad lograda a través de varios años de lucha.
Si bien la esclavitud ya no existe oficialmente y esas cadenas de metal
cayeron, aún el hombre está siendo atado por el amor al dinero, la vanidad, el
orgullo y todo aquello que es pecado y que anula la libertad que Dios dio al
ser humano.
“Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del
pecado” Juan 8:34 (NTV) el pecado es la peor forma de esclavitud que el
ser humano puede enfrentar.
El diablo es astuto y tratará de encontrar tu debilidad para hacerte caer y
ponerte las cadenas de la opresión que no sólo te paralizarán sino que poco a
poco acabarán con tu vida espiritual.
Muchas son las personas que creen que gozan de una libertad plena y que por ello pueden hacer lo que quieren: consumir drogas, alcohol, ver pornografía, robar, mentir, engañar, etc. pero si analizamos la supuesta libertad que disfrutan nos damos cuenta de que son esclavos de aquello que les gusta hacer.
Es necesario examinar nuestra vida, para identificar si hay algo que nos está haciendo esclavos, muchas veces hacemos cosas que no consideramos pecado, como ser: las excusas, las exageraciones, el hablar demás, comentar de la vida ajena etc. pero si analizamos bien este tipo de acciones son pecado y por ende somos prisioneros, por ello al igual que el rey David debemos pedir a Dios que nos examine, “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna” Salmos 139:23-24 (NTV).
¿Hay algo que te tiene atrapado y no puedes dejar de hacer?
Solamente hay una esperanza para aquel que está viviendo en esclavitud, ¡Jesús! “Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado” Colosenses 1:13 (NTV).
Si quieres que las cadenas que te oprimen se rompan o que se abran las puertas de la prisión en que te encuentras, debes buscar sinceramente a Jesús “(…) Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad” Lucas 4:18 (NTV).
Muchas son las personas que creen que gozan de una libertad plena y que por ello pueden hacer lo que quieren: consumir drogas, alcohol, ver pornografía, robar, mentir, engañar, etc. pero si analizamos la supuesta libertad que disfrutan nos damos cuenta de que son esclavos de aquello que les gusta hacer.
Es necesario examinar nuestra vida, para identificar si hay algo que nos está haciendo esclavos, muchas veces hacemos cosas que no consideramos pecado, como ser: las excusas, las exageraciones, el hablar demás, comentar de la vida ajena etc. pero si analizamos bien este tipo de acciones son pecado y por ende somos prisioneros, por ello al igual que el rey David debemos pedir a Dios que nos examine, “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna” Salmos 139:23-24 (NTV).
¿Hay algo que te tiene atrapado y no puedes dejar de hacer?
Solamente hay una esperanza para aquel que está viviendo en esclavitud, ¡Jesús! “Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado” Colosenses 1:13 (NTV).
Si quieres que las cadenas que te oprimen se rompan o que se abran las puertas de la prisión en que te encuentras, debes buscar sinceramente a Jesús “(…) Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad” Lucas 4:18 (NTV).