Mucha
paz tendríamos si en los dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen no quisiésemos
meternos. ¿Cómo puede estar en paz mucho tiempo el que se entremete en cuidados
ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge?
bienaventurados los sencillos, porque tendrán mucha paz.
¿Cuál fue la causa por que muchos de los Santos fueron tan perfectos
y contemplativos? Porque estudiaron en mortificarse totalmente
a todo deseo terreno; y por eso pudieron con. Lo íntimo del corazón allegarse a
Dios y ocuparse libremente en sí mismos: Nosotros nos ocupamos mucho con
nuestras pasiones; y tenemos demasiado cuidado de lo transitorio.
Y también pocas veces vencemos un vicio
perfectamente, ni nos alentamos para aprovechar cada día, y por esto nos
quedamos tibios y aun fríos.
Si estuviésemos perfectamente muertos a
nosotros mismos, y en lo interior desocupados, entonces podríamos gustar las cosas
divinas y experimentar algo de la contemplación celestial.
El impedimento mayor y total es qué no
somos libres de nuestras inclinaciones y deseos, ni trabajamos por entrar en el
camino perfecto de los Santos.
Y también cuando alguna adversidad se
nos ofrece, muy presto nos desalentamos y nos volvemos a las consolaciones
humanas.
Si nos esforzásemos más a pelear como
fuertes varones, veríamos sin duda la ayuda del Señor que viene desde el Cielo
sobre nosotros. Porque dispuesto está a socorrer a los que pelean y esperan en
su gracia, y nos procura ocasiones de pelear para que alcancemos victoria. Si
solamente en las observancias de fuera ponemos el aprovechamiento
de la vida religiosa, presto se nos acabara la devoción Mas pongamos la segur a
la raíz, porque, libres de las pasiones, poseamos pacíficas nuestras almas.
Si cada año desarraigásemos un vicio
presto seríamos perfectos Mas ahora, al contrario, muchas veces experimentamos
que fuimos mejores y más puros en el principio de nuestra conversión que
después de muchos años de profesos. Nuestro fervor y aprovechamiento cada día
debe crecer; mas ahora ya nos parece mucho conservar alguna parte del primer
fervor Si al principio hiciésemos algún esfuerzo, podríamos después hacerlo
todo con facilidad y gozo.
Grave cosa es dejar la, costumbre;
pero, más grave es ir contraria propia voluntad Más si no vences las cosas
pequeñas y ligeras, ¿cómo vencerás las dificultades?
Resiste en los principios a tu
inclinación, y deja la mala costumbre, porque no te lleve poco a poco a mayor dificultad.
¡Oh, sí mirases cuánta paz a ti mismo, y cuánta alegría darías a los otros rigiéndose bien, yo creo que serías más solícito en el aprovechamiento espiritual!