Padre celestial, en Ti puedo encontrar refugio y bienestar, me postro ante tu presencia para hablarte en esta intimidad y poder expresarte todos mis deseos y mis preocupaciones Tú eres mi padre y nunca permitirías que nada malo me suceda, por eso te pido que puedas oírme y consolarme.
Señor piadoso, Tú sabes que muchas veces la injusticia ronda este mundo, acechando a hombres y mujeres que lejos de velar por la verdad, se dejan llevar por caminos que no vienen de Ti. Es por ello que hoy quiero elevar esta oración de paz, mi buen Dios, para clamar a tu misericordia y pedirte que se haga justicia para la situación que Tú bien conoces.
Dios mío, Tú que nos provees de todo aquello que necesitamos para vivir, puedes comprender las necesidades de cada uno de tus hijos e hijas en el mundo, yo te pido, Señor, que puedas hacer llegar tu justicia al mundo para que aquellos que obran con maldad puedan detenerse y reflexionar, para que sea tu divina piedad la que cale en los corazones de todos y reine el amor y la esperanza.
Padre de amor, tu justicia es indispensable para mi vida, ayúdame a aceptar tu voluntad y a entender lo que quieres para mí.
No te pido, Dios mío, que las ofensas que he recibido o que cualquier otra persona pueda recibir sean castigadas o corregidas con acciones parecidas, sino que haya un espacio para el arrepentimiento de corazón sincero y la persona que haya estado siguiendo un camino equivocado pueda corregirse.
Todos tenemos el derecho a cometer errores, así como tenemos el derecho a arrepentirnos y enmendar todo aquello que hicimos mal, eso te pido yo, mi Señor de misericordia, que puedas enseñarle con paciencia y comprensión a todos aquellos que han cometido injusticias que puedan darse cuenta y emprender una nueva vida acompañados de tu luz.
Sé que tu justicia divina será la más perfecta, Padre amado, porque no hay perfección sino en todo aquello que Tú haces, haz personas nuevas de todos los que hemos caído en pecado, Señor, quita la venda de injusticia que cubre nuestros ojos y ayúdanos a ver cómo debemos actuar para ser testigos de tu amor y tu voluntad.
El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra.
Te pido por todas aquellas personas que sin pensar han cometido actos injustos para con sus hermanos, por favor, hazles reconocer sus pecados y que puedan notar cuánto daño han causado para que de esa manera tomen la decisión de cambiar completamente, es importante mi Dios, que pueda nacer en ellos ese deseo de mejorar y obedecer tus preceptos que garantizan la felicidad.
Yo acepto que también me he equivocado en muchas ocasiones, siendo quien causó malestar o dolor en otras personas, en mi propia familia o incluso, hasta en mis amigos, y por eso te pido perdón, Señor, para que también en mí puedas obrar y hacerme una persona nueva, llena de justicia.
En mi corazón tengo el deseo de renacer, Dios mío, yo tengo la seguridad de que Tú guías nuestros pasos, pues Tú eres un Dios de amor, un Dios de misericordia, el único Señor que se preocupa por el bienestar de cada uno de sus hijos, por eso no permitirás que estos actos de injusticia de los que yo he sido testigo, queden impunes, Señor bendito, pues sé que tu voluntad tarde o temprano será vuelta realidad con una causa justa.
Buen Señor, aliméntame siempre de Ti para buscar tu justicia y tu amor. Hazme seguir tus mandatos.
Te pido también, mi Dios eterno, por todas las personas que en estos momentos están siendo víctimas de injusticias, para que puedan encontrar la paz que necesitan y Tú lo acompañes a recuperarse y a confiar en tu justicia perfecta, dales el consuelo de Padre que tanto necesitan, hazles saber que siempre estarás cuidándolos y velando por ellos.
Te doy gracias, Santísimo Señor, por el valioso regalo de esta oración, donde puedo mostrarme tal cual soy sin tener que esconder nada, eres mi Padre y me conoces y eso me alegra porque así puedo sincerarme y expresarte todo como realmente lo siento.
Para todos aquellos que aguardan en Ti, Señor, sé que llegará el momento en que se verán escuchados y que tu enorme poder los ayudará a salir adelante.
Encomiendo mis palabras a Jesucristo, tu Hijo bendito, que es quien las llevará hasta tu santa Presencia. Bendito Señor, te glorifico y exalto hoy y para siempre, Amén.
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