Madre Guadalupana, hermosa virgen morena hoy vengo ante ti en este momento porque necesito de tu intervención divina, necesito de tu amor, de tu ayuda.
Bella señora de cielos y tierras, Gloriosísima Virgen de Guadalupe, Que siempre nos has mostrado tu bondad, Cuando llenos de problemas hemos acudido a ti, Que nos has cubierto con tu manto protector, Cuando hemos llorado lagrimas sinceras ante ti.
De rodillas delante de ti, hoy te pedimos humildemente que sigas mostrándonos tu amor y tu misericordia, abriéndonos tus dulcísimos brazos para acogernos y protegernos bajo tu manto.
Hoy ante ti y ante Dios, me postro para poner en tus manos mi vida, mis cargas y mis problemas sé que nadie más podrá entenderme como tú, sé que nadie más me ayudara como tú, eres el ser que me acompaña en las mañanas al despertar y en las noches al descansar, eres mi gran amiga y madre yo soy tu siervo desde el amor y hoy te pido tu ayuda con amor.
Milagrosa y bendita Señora mía de Guadalupe, Madre llena de virtudes, me presento delante de tu trono para suplicarte que le pidas al Espíritu Santo que me asista, para que actué con inteligencia y sabiduría y sepa discernir cómo tener éxito en todo lo que emprenda y así avanzar y hallar las mejores soluciones a mis problemas.
Oh, santísima señora de Guadalupe, Tú que estas en los cielos, acude en mi ayuda, Porque para ti no hay imposibles, Porque tú eres milagrosa, Por eso me encomiendo hoy a ti, Para que tus manos nunca dejen de bendecirme.
Hermosísima Madre, mi corazón y mi alma te saludan, siempre que te llame Madre Mia, ven a socorrerme, sobre todo en mis momentos de debilidad y que tus manos generosas no dejen de bendecirme y tus ojos jamás dejen de mirarme con piedad y misericordia.
Te pido virgencita prodigiosa, que tu imagen inspiradora sea mi compañía y a ejemplo tuyo pueda actuar con humildad delante de Dios y de los hombres, extiéndeme madrecita tus amorosos brazos para que sean mi refugio seguro en tiempos de tempestad.
Pongo en tus manos mi vida, la de mi familia y todos los seres que amo, pongo en tus manos, mis cargas, mis miedos, mis virtudes y mis talentos, tu eres mi gran guía en la vida y me enseñas más de lo que crees, está bien confiar en ti porque me ayudaras, todo ser debe tener una madre y gracias a Dios yo tengo dos madres amorosas, una que me cuida desde la tierra y tú que desde el cielo me enseñas y me guías.
Mi señora, que eres llena de gracia, Inmaculada Virgen de Guadalupe, Dame tu luz, dame fuerzas para continuar, Regálame tu poderosa mediación, Para que el milagro que estoy esperando pueda por fin llegar.
Sé que no es una tarea fácil, pero con tu ayuda saldrá bien, con tu ayuda mi miedo sanará, con tu ayuda todo bien saldrá, eres mi más grande guía y mi vida gira en torno a tu corazón, a tu fe, eres una parte fundamental de mi vida madrecita, no me niegues tu ayuda por favor, en tiempos difíciles se tu quien me guie, se tu mi gran amor”.
Preciosa madre, tú me conoces desde que entré al vientre de mi madre, justo antes, de nacer ya sentía tu protección, soy tan hijo tuyo como de mi madre y por eso acudo a ti, como un niño asustado en búsqueda de mamá, pero lleno de confianza porque sabe que el amor de mamá espera al otro lado de la casa para abrazarme y llenarme de amor.
Santísima señora de Guadalupe, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, Abogada nuestra, no dejes nunca de mostrarnos tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitamos de tu amparo.
Reina de los Ángeles y de los hombres, gracias te damos por abogar a favor nuestro, gracias te damos también porque siempre te has mostrado bondadosa y clemente al escuchar nuestras oraciones y súplicas que te dirigimos, para solicitar tu defensa.
Inmaculada Virgen María, mi morenita de Guadalupe, Tú que eres mí muy Amada Madre, dame las fuerzas para seguir adelante, dirígeme y regálame tu poderosa mediación para que obtenga de Dios Padre, lo que hoy con tanta fe solicito en esta oración: _______________________________________
Madrecita linda, te pido que ruegues a Dios por nosotros tus hijos, y que Él nos conceda un corazón tan puro y abnegado como el tuyo.
Yo de mi parte te ofrezco mi inmensa fidelidad y devoción a ti y te prometo vivir eternamente en gratitud por tus favores y también te prometo amarte con más pasión cada día.
Hoy te consagro Madre mía, mi vida, mi trabajo, mi familia, mis alegrías y mis tristezas, mis enfermedades y mi sanidad, mis aciertos y mis fallas y te pido Madre Bella, que no dejes de interceder por mí ante el Padre Celestial, nunca me sueltes de tu mano y concédeme la gracia de amar por siempre.
Oh, madrecita linda, Ruega por mí y por todos tus hijos, No dejes de pedir a Dios por nosotros los pecadores.
AMEN.
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