Hace algún tiempo tuve
que mudarme de casa de mis padres, pues estaba iniciando mi propio hogar.
Mientras recogía y seleccionaba las cosas que llevaría conmigo, las que
guardaría y las que iba desechar encontré una pequeña cajita de zapatos que
estaba llena de tarjetas, cartas, fotos y todo aquello que durante años había
guardado porque tenía un valor especial para mí.
Al revisar esa caja, volvía recordar sucesos importantes durante mi tiempo en
el colegio y en la universidad, reviví esos tiempos y experiencias.Pero en la vida cristiana no es recomendable tener una caja de recuerdos porque podrían convertirse en un verdugo que hiere, atrapa y puede llegar a matar.
Cuando llegamos a Cristo lo hacemos con un pasado (vergonzoso, doloroso, desastroso, etc.) pero cuando Dios interviene marca un antes y un después en nuestras vidas y nos dice: “…Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado.” Isaías 43:18 (DHH).
Quizás hasta este momento has estado llevando esa caja de recuerdos llena de malas experiencias, momentos dolorosos o tiempos vergonzosos y eso te atormenta tanto que te ha impedido avanzar y peor aún te ha alejado tanto de Dios que hoy estás perdido y no ves una oportunidad de retorno o salida.
Hoy quiero recordarte esta verdad: ¡En Dios existen los nuevos comienzos!
Así es, tienes la oportunidad de tener un nuevo inicio, pero antes debes soltar esa caja de los malos recuerdos porque Dios quiere darte nuevas experiencias maravillosas. Fija tu mirada en lo que está delante “No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante,…” Filipenses 3:13-14 (NTV).
No recuerdes el pasado, mejor espera ver las maravillas que Dios puede hacer en tu vida.
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