Habrá algo en la vida que no
requiera pagar un precio
¡Es fácil ver la victoria sin conocer la historia! Por lo general apreciamos el
resultado final de las cosas y no así el proceso por el que tuvo que atravesar
para llegar a ser lo que ahora es.
Un claro ejemplo son las perlas, su existencia es el producto del dolor,
resultado de la entrada de una substancia extraña o indeseable en el interior
de la ostra, como un parásito o un grano de arena.
En la parte interna de la ostra se encuentra una sustancia lustrosa
llamada nácar. Cuando un grano de arena penetra en ella, las células del nácar
comienzan a trabajar y lo cubren con capas y más capas para proteger el cuerpo
indefenso de la ostra. Como resultado, se forma una hermosa perla que tarda en
crearse alrededor de diez años.
Actualmente por la era tecnológica en la que nos encontramos hemos cambiado
libros por máquinas, se ha hecho aburrido y difícil tener que pensar cómo
iniciar un trabajo universitario o empresarial, porque al darle un clic a nuestra
computadora podemos encontrar mejores ideas que las nuestras. Se nos ha dado
todo en bandeja de plata y ya no queremos esperar y menos sacrificarnos por
conseguir nuestras metas.
Nos cuesta entender que:
- Para ser un gran profesional se requiere sacrificio,
perseverancia, etc., quizá habrá noches de desvelo y cansancio, pero si se
tiene la vista puesta en el objetivo es posible enfrentar cada desafío que se
presente en el camino.
- Para ser un gran deportista se requiere entrenamiento físico, pero
también una buena alimentación, lo que significa renunciar cierto tipo de
alimentos que no ayudan al organismo.
- Para ser un siervo conforme al corazón de Dios, alguien que con
una enseñanza o una oración pueda afectar vidas hacia el arrepentimiento, se
requiere pasar tiempos de calidad con Dios, meditando en su palabra, doblando
rodillas, tal vez incluso en horas donde el sueño es placentero.
No olvidemos que Jesús tenía una misión en esta tierra que implicaba sacrificio
para nuestro beneficio. ¿Por qué no imitar su ejemplo?
Si hasta el día de hoy te has negado sacrificar tus tiempos de ocio para
mejorar la elaboración de tu trabajo, de tu servicio a Dios. Si como pastor o
maestro te has dejado llevar por la comodidad, te animo a empezar de nuevo tus
actividades, pero esta vez dando lo mejor de ti. Recuerda: “Ostra que no es
herida, no produce perlas”.
¿Quieres producir perlas? Debes aguantar el dolor del proceso, porque el
producto final será digno de ser imitado.
El sacrificio saludable que hacemos por un propósito generoso y de obediencia a
Dios, siempre va a generar grandes beneficios tanto para nosotros como para los
que nos rodean.
“Todo
esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras lleva a la
pobreza.” Proverbios 14:23 (NVI)
Hola, espero que estés bien, déjanos conocer tu opinión, y sobre todo no te olvides de compartir, bendiciones.
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