Los
índices de delincuencia en muchos países se han hecho cada vez más visibles y
alarmantes, cada día oímos de personas a las que les han robado sus
pertenencias; nadie está libre de ser una víctima más de la fechoría que hay en
las calles.
Este problema nos lleva a ser precavidos, pero ¿Qué pasa con los ladrones de
sueños y de los propósitos de Dios para nuestras vidas?
Bien sabemos que satanás es aquel ladrón que se encarga de robarnos la comunión
con Dios y con ello nos quita todo, “El propósito del ladrón es robar y
matar y destruir; (…)” Juan 10:10 (NTV) A diferencia de los delincuentes
que encontramos en las calles, este enemigo es astuto y puede llegar sin que
nosotros lo podamos percibir.
Todos tenemos anhelos y metas que deseamos realizar o hemos recibido un
propósito grandioso de las manos de Dios, pero debemos ser cuidadosos con el
ladrón que puede quitarnos el sueño, poniendo sentimientos de fracaso,
desánimo, duda o simplemente presentándonos otras oportunidades.
Ninguno está libre de ser atacado por este ladrón (satanás), pero no ignoramos
sus planes, por ello es que debemos estar alertas, 1 Pedro 5:8 dice: “¡Estén
alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un
león rugiente, buscando a quién devorar.” (NTV)
Quizás el ladrón ha sido tan astuto que ha hecho que te alejes de Dios de una
manera tan lenta que no te diste cuenta y hoy te encuentras sobreviviendo, tal
vez ya no tienes sueños porque te llevó a fracasar en tu matrimonio, en tu
noviazgo, en tu familia, en tu negocio o en tu vida personal. Pero Dios
dice “(…) ¡Miren, hago nuevas todas las cosas!” Apocalipsis
21:5 (NTV).
Dios puede devolverte lo que el diablo te robó e incluso puede darte cosas
mucho mejores de las que perdiste.
Recuerda que si le entregas a Dios el control de tu vida, de tu hogar y de todo
lo que posees Él velará por ti y te cuidará del ladrón que ataca nuestra vida
espiritual.
“(…) ¡Nunca se dormirá el que te cuida!” Salmos 121:3 (DHH)
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