Un
hombre muere y es trasladado al cielo. Se encuentra con san Pedro esperándole a
la entrada y éste le dice al hombre: "Necesitas 100 puntos para poder
entrar en el cielo.
Me dirás todas las buenas obras que hiciste y dependiendo de qué tan buena fue, acumularás puntos. Cuando llegues a los 100, podrás entrar.”
Me dirás todas las buenas obras que hiciste y dependiendo de qué tan buena fue, acumularás puntos. Cuando llegues a los 100, podrás entrar.”
- "Está bien", respondió el hombre. "Pues estuve casado
con la misma mujer por unos 50 años y nunca la engañé…ni en mi corazón."
- "Magnífico", dijo San Pedro. "Eso sí que vale cinco
puntos".
- "¿Cinco puntos?", preguntó el hombre. "Pues, también
asistí a la iglesia toda mi vida y la sostuve con mis diezmos, ofrendas y
servicio."
- "Maravilloso", respondió San Pedro. "Eso por cierto que
tiene un valor de dos puntos."
- "¡Dos puntos!", exclamó el hombre. "Pues, ¿Qué te parece
esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles de comer y ropa
también."
- "Fantástico", dijo San Pedro. "Otros tres puntos a favor
de tu cuenta."
- "¡Tres puntos!", gritó el hombre. Si sigo así será solamente
por la gracia de Dios que podré yo entrar al cielo."
- "¡Bienvenido!", dijo San Pedro. La palabra gracia significa
regalo, dádiva o favor no merecido. Nosotros acostumbramos dar regalos a
quienes lo merecen, pero cuando se trata de la salvación, es un regalo del cual
nadie es merecedor.
Pablo es el mayor expositor de la gracia, él explica que la salvación no es
resultado de leyes, de nacionalidad u obras sino del favor otorgado por Dios al
hombre. Efesios 2:8 dice "Porque por Gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.”
De la misma manera que la ilustración nuestras obras no nos salvan, la
salvación proviene de Dios, es un regalo que nos ha sido concedido
inmerecidamente; y es que las obras llegan a ser resultado cuando nosotros
entendemos que vivimos por su gracia, no por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:9
Por lo tanto, somos lo que somos por su gracia, es por Dios que hoy podemos
disfrutar de una vida en abundancia, de una esperanza viva y de una eternidad
junto a Él.
Creo
que esto es motivo suficiente para que este año podamos servirle con todo
nuestro corazón.
Hola, espero que estés bien, al igual que disfrutes de esta publicación, déjanos conocer tu opinión, que Dios me los bendiga siempre