Pedro era un padre trabajador, su esposa lo había abandonado con un hijo, al cual se dedicaba con mucho esmero y amor. Mientras su hijo crecía fue haciéndose cada vez más rebelde y lastimaba constantemente a su padre con palabras hirientes, las cuales Pedro siempre perdonaba.
Un día el joven llegó ebrio y golpeó a su padre hasta casi matarlo, los vecinos fueron a ayuda a Pedro, por lo que el joven tuvo que escapar. A pesar de los golpes recibidos por su hijo y la presión de sus amigos para que lo denunciara, él solamente quería saber si su hijo se encontraba bien. Después de enfrentar escases y hambre, el muchacho volvió arrepentido y sin pensarlo dos veces su padre lo perdonó nuevamente.
Las personas que lo rodean critican este accionar puesto que piensan que el joven volverá a hacer lo mismo, pero Pedro sólo cree que su hijo merece otra oportunidad para ser una mejor persona, a pesar que muchas veces le ha fallado.
Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual
los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y
clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias
muchas veces los libraste. Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas
ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos…
Nehemías 9:28-29
Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque
eres Dios clemente y misericordioso. Nehemías 9:31
Israel se olvidaba de Dios cuando tenía paz, no atendía a sus mandamientos, no escuchaba las amonestaciones, no le servía, ni se convertía de sus malas obras, hasta que sufría. Cuando el pueblo de Dios enfrentaba el dolor, buscaba al Señor y Él los perdonaba, no estaba enojado con ellos, no los desamparó, Dios los amaba y era misericordioso aunque su pueblo le fallaba constantemente.
Podemos criticar al pueblo de Israel pero quizás somos semejantes a ellos ¿Cuántas
veces has fallado a Dios? Aunque en este momento estés haciendo algo que no le
agrada, quiero recordarte que Él te ama y está preocupado por ti, acércate una
vez más, porque Él es bueno. Recuerda que por su misericordia aún tienes
la oportunidad de arrepentirte, acercarte y clamar otra vez, porque lejos
de Él nada podrás hacer.
Nunca llegarás lejos luchando contra Dios, nunca podrás huir de su presencia,
arrepiéntete y dale gracias porque a pesar de todo lo que has hecho Él
solamente quiere que te encuentres bien.
Hola, espero que estés bien, al igual que disfrutes de esta publicación, déjanos conocer tu opinión, que Dios me los bendiga siempre.