“Es
mejor sentarse a observar el partido, que ser un jugador, posiblemente el
equipo pierda por culpa mía o no sea capaz de meter un gol y no quiero
arriesgarme.”
¿Alguna vez has pensado de esta manera? Estos son los pensamientos de una persona derrotada que aún sin haber intentado jugar ya piensa que va a perder.
A veces actuamos como personas derrotadas, no deseamos implicarnos en el problema ni nos arriesgamos a actuar por miedo, preferimos no correr el riesgo, siendo espectadores de los logros de otras personas.
“Si no quieres fracasar, simplemente no hagas nada”
Las personas que nunca han fracasado, son aquellas que nunca han hecho nada, jamás han corrido riesgos en su vida y, por lo tanto, no conocen lo que es “meter la pata”, sufrir por haber tropezado; no conocerán el dolor de perder pero tampoco disfrutarán el increíble sentimiento de la victoria.
La vida es corta y creo que uno recuerda más aquellas vivencias que nos han marcado, tanto los fracasos como las victorias, aquellos eventos que nos hicieron tocar el fondo de nuestras emociones ¿Lo has sentido?
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:30
En el camino del Señor, Él desea que le entregues tu vida con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Esto significa que quiere verte en la cancha, sudando la camiseta y no simplemente sentado en la banca de la iglesia; que salgas a predicar, ores por los enfermos, por tus familiares, que apoyes a los que tienen necesidad, que madrugues para buscarlo.
Si estás enfrentando el dolor de no hacer nada, no pierdas más el tiempo y cambia tu mente ¡Vuélvete una persona activa y luchadora! Recuerda que los premios no son para los espectadores, sino por aquellos que se esfuerzan por alcanzar la meta. Si deseas recibir una respuesta o bendición de Dios, tendrás que preguntarte si has entregado tu vida con pasión.
¡Asume el reto y esfuérzate por ganar!
Las personas que nunca han fracasado, son aquellas que nunca han hecho nada, jamás han corrido riesgos en su vida y, por lo tanto, no conocen lo que es “meter la pata”, sufrir por haber tropezado; no conocerán el dolor de perder pero tampoco disfrutarán el increíble sentimiento de la victoria.
La vida es corta y creo que uno recuerda más aquellas vivencias que nos han marcado, tanto los fracasos como las victorias, aquellos eventos que nos hicieron tocar el fondo de nuestras emociones ¿Lo has sentido?
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Marcos 12:30
En el camino del Señor, Él desea que le entregues tu vida con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Esto significa que quiere verte en la cancha, sudando la camiseta y no simplemente sentado en la banca de la iglesia; que salgas a predicar, ores por los enfermos, por tus familiares, que apoyes a los que tienen necesidad, que madrugues para buscarlo.
Si estás enfrentando el dolor de no hacer nada, no pierdas más el tiempo y cambia tu mente ¡Vuélvete una persona activa y luchadora! Recuerda que los premios no son para los espectadores, sino por aquellos que se esfuerzan por alcanzar la meta. Si deseas recibir una respuesta o bendición de Dios, tendrás que preguntarte si has entregado tu vida con pasión.
¡Asume el reto y esfuérzate por ganar!