Shrek,
era un ogro muy temido por todas las personas del lugar, donde iba aparentaba
fortaleza e inspiraba temor, sin embargo su amigo el burro lo confronta
sabiamente diciendo: “Estás tan envuelto en tus capas cebollita que ocultas tus
sentimientos” Shrek no quería que nadie vea como en realidad se sentía y por
eso se disfrazaba aparentando ser un terrible y espantoso ogro ¿No
te ha pasado?
Muchas
veces nos ponemos capas que nos ayudan a protegernos de los demás y a
encerrarnos en nosotros mismos, esto hace que seamos incapaces de expresar
nuestros sentimientos. No está mal buscar protección, lo malo es que esas capas
no nos permiten ser nosotros mismos, ya que impiden que los demás descubran lo
que realmente hay dentro de nosotros. Tenemos tanto miedo a que nos lastimen,
que nos cerramos para no permitir que alguien nos vuelva a herir…
Y Jehová respondió a Samuel: No mires
a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo
desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo
que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. – 1 Samuel 16:7
Cuando el profeta Samuel fue a buscar al elegido de Dios para gobernar, todos estaban esperando una figura fuerte, que haga intimidar de tal modo que enfrente cualquier adversidad en el reino. Nadie se imaginaba que se trataba de un joven sencillo como David, ni siquiera su propio padre, a tal punto que ni siquiera lo mandó a llamar, recién lo hizo cuando se convenció que sus otros hijos no eran los escogidos…
La verdad es que las personas pueden lastimarnos si escuchamos palabras necias, sin embargo, lo importante no es lo que ellos piensen de ti, sino lo que Dios piensa, porque solo así, aunque los demás no lo crean, llegarás lejos. Dios quiere que todos sepan quién eres, ya que detrás de ese ogro, se encuentra un ser sensible, un padre dulce, un jefe humilde, un esposo cariñoso, un amigo…
Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Daniel 10:12
Si te cuesta expresar tus sentimientos delante de los demás, la buena noticia es que no tienes que fingir delante de Dios. Ahora mismo, puedes disponer tu corazón y orar siendo sincero con él. Deja de llevar tus cargas solo, reconoce ante su presencia tus imperfecciones, errores, fallas, tristezas. Dios escuchará tu oración, a él no le importa que tan fuerte te veas por fuera, o que parezca que tengas el control, a él le importas tú.
Si hay un lugar seguro para abrir tu corazón y mostrarte tal cual eres, es en la presencia de Dios. En su presencia hay plenitud de gozo.