“Y
cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras
ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.”
Génesis 19: 17
Nadie
puede caminar bien con la mirada puesta hacia atrás, porque de seguro
tropezaríamos o nos desviaríamos de nuestro camino; y para que eso no
pase nuestra mirada debe estar fijamente adelante.
Sodoma
y Gomorra eran dos ciudades que serían destruidas por la ira de Dios. Lot
y su familia eran los únicos candidatos para ser salvos de la ruina.
Había un sólo consejo de Dios para escapar de una ciudad llena de maldad:
“no mires atrás, ni te detengas, para que no seas destruido.”
Lot
y sus dos hijas fueron salvas, porque obedecieron el consejo que Dios, a través
de los ángeles, les había dado. Pero no sucedió lo mismo con la mujer de Lot,
quien tristemente no hizo caso a lo que Dios le dijo que hiciera. Comenzó
la carrera de su salvación bastante bien, pero miró su pasado, lo que había
atrás, su vieja manera de vivir, el mundo en el que se encontraba antes y
terminó con un final triste.
“Entonces
la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.”
Génesis 19:26
Su
deseo de volver atrás era más grande que el de seguir adelante. Hay
oportunidades en las que uno actúa como la mujer de Lot, va tan bien en
su carrera cristiana y
de
repente mira su pasado y dice: no voy a cambiar, no puedo superarlo, ya no sé
qué hacer, me rindo, es difícil, no es para mí y al final queda atrapado y
destruido por Satanás.
Si
de repente no puedes salir de algún vicio, de alguna depresión, de algún
problema familiar o de cualquier otro problema, simplemente recuerda esto: “no
mires atrás, ni te detengas, para que no perezcas.” Pon tu mirada adelante,
como el apóstol Pablo lo hacía, porque Todo lo puedes en Cristo que te
fortalece.
“Pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y
fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final
de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio
de Cristo Jesús. Filipenses 3:13-14 (NTV)
No
pongas tu mirada atrás, fíjala en la esperanza que es Jesús