Pide. La Biblia dice que todo lo que pidieres al Padre en mi nombre os
será dado. Debes estar definido para recibir respuestas claras. Debes
preguntarte qué anhelas, cuáles son tus necesidades y entonces anótalas en la
hoja de peticiones. Jesús preguntó al ciego Bartimeo: “Qué deseas?” Todos
pensarían que era obvio que Bartimeo quería recibir la vista, pero él debí
estar definido con esto para recibir respuesta.
Ya definido con lo que deseas, pide con fe. Cree en el Dios que hizo todas las cosas, que abrió el mar, que hizo llover pan del cielo, que dio a su único Hijo para que fuéramos salvos. Todo lo que pidieres creyendo lo recibiréis.
Visualízalo. Dios ejercitó a Abraham en ver por la fe lo que esperaba. Visualizar consiste en imaginar que lo que pedimos se nos ha dado. Sea que desees una bendición material, una sanidad, lo que sea, visualiza con fe. Recuerda que Dios hizo de la nada todo lo que vemos. La fe es la certeza de que lo que pedimos nos será dado.
Confiésalo. Si tienes dentro de tu corazón la certeza de Dios de que serás bendecido con lo que pides, confiesa en oración que recibes por la fe lo que estás pidiendo. Lo que faltará aquí será cosa de tiempo. Todo lo que el Señor tiene para nosotros, vendrá.
Espéralo. Lo que falta es cosa de tiempo, todo lo que el Señor tiene para nosotros vendrá. No desfallezcas, sigue clamando, visualizando, confesando. 1 Juan 5:14 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.”
Al recibir tus peticiones, testifica a los demás. Esto fortalecerá tu fe y la de los otros y nos convertirá en una iglesia de milagros donde estamos seguros que recibiremos lo que pedimos. Entonces nuestro gozo será cumplido al saber que tenemos un Dios Todopoderoso que nos concede las peticiones de nuestro corazón.
Ya definido con lo que deseas, pide con fe. Cree en el Dios que hizo todas las cosas, que abrió el mar, que hizo llover pan del cielo, que dio a su único Hijo para que fuéramos salvos. Todo lo que pidieres creyendo lo recibiréis.
Visualízalo. Dios ejercitó a Abraham en ver por la fe lo que esperaba. Visualizar consiste en imaginar que lo que pedimos se nos ha dado. Sea que desees una bendición material, una sanidad, lo que sea, visualiza con fe. Recuerda que Dios hizo de la nada todo lo que vemos. La fe es la certeza de que lo que pedimos nos será dado.
Confiésalo. Si tienes dentro de tu corazón la certeza de Dios de que serás bendecido con lo que pides, confiesa en oración que recibes por la fe lo que estás pidiendo. Lo que faltará aquí será cosa de tiempo. Todo lo que el Señor tiene para nosotros, vendrá.
Espéralo. Lo que falta es cosa de tiempo, todo lo que el Señor tiene para nosotros vendrá. No desfallezcas, sigue clamando, visualizando, confesando. 1 Juan 5:14 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.”
Al recibir tus peticiones, testifica a los demás. Esto fortalecerá tu fe y la de los otros y nos convertirá en una iglesia de milagros donde estamos seguros que recibiremos lo que pedimos. Entonces nuestro gozo será cumplido al saber que tenemos un Dios Todopoderoso que nos concede las peticiones de nuestro corazón.
Hoja de peticiones:
Fecha Peticiones Respuesta
Algunos consejos importantes para tu bendición
son:
Busca el propósito de Dios para tu vida; este lo descubrirás en oración y preguntándoselo a él. Su respuesta vendrá a tu vida a través de tus deseos, por cuanto es a través de esos deseos que Dios te muestra tu camino. ¿Qué deseas hacer con tu vida?, ¿Qué te gustaría realizar?
Entiende que si Dios te da un propósito te da también la capacidad para realizarlo. Por ello debes valorarte y entender que eres capaz de realizar lo que te propongas.
Planea. Haz un calendario de actividades en el que día a día vas dando los pasos para llegar a tus metas.
Depende de Dios. Mantente en comunión constante con Jesús, sé su amigo, de hecho él ya lo es, pero tú debes corresponder a su amistad buscándole cada día, leyendo su palabra y contándole todos tus planes.
Haz todo con amor. Lo que haces es importante, la Biblia promete que el Señor bendecirá todo aquello en lo que te esfuerces; así que da lo mejor de ti mismo, echa fuera la pereza, el interés propio, el egoísmo y la amargura y sirve a tu prójimo, es la mejor forma de sentirte realizado y llegas a prosperar, de verdad que funciona.
6. Obedece a su palabra. No te inclines al mal ni a las cosas del mundo o de la carne, vive en santidad, recuerda que fuiste apartado para él, no hagas nada que te produzca culpa y angustia por que eso hará muy difícil tu peregrinar hacia el éxito. Si ahora te encuentras haciendo cosas indebidas, arrepiéntete y aléjate del pecado, acepta su perdón y vive para él.
Si hay cosas que no entiendes, ten paciencia; no te amargues jamás y entiende esto: “Todo estará bien”.
Busca el propósito de Dios para tu vida; este lo descubrirás en oración y preguntándoselo a él. Su respuesta vendrá a tu vida a través de tus deseos, por cuanto es a través de esos deseos que Dios te muestra tu camino. ¿Qué deseas hacer con tu vida?, ¿Qué te gustaría realizar?
Entiende que si Dios te da un propósito te da también la capacidad para realizarlo. Por ello debes valorarte y entender que eres capaz de realizar lo que te propongas.
Planea. Haz un calendario de actividades en el que día a día vas dando los pasos para llegar a tus metas.
Depende de Dios. Mantente en comunión constante con Jesús, sé su amigo, de hecho él ya lo es, pero tú debes corresponder a su amistad buscándole cada día, leyendo su palabra y contándole todos tus planes.
Haz todo con amor. Lo que haces es importante, la Biblia promete que el Señor bendecirá todo aquello en lo que te esfuerces; así que da lo mejor de ti mismo, echa fuera la pereza, el interés propio, el egoísmo y la amargura y sirve a tu prójimo, es la mejor forma de sentirte realizado y llegas a prosperar, de verdad que funciona.
6. Obedece a su palabra. No te inclines al mal ni a las cosas del mundo o de la carne, vive en santidad, recuerda que fuiste apartado para él, no hagas nada que te produzca culpa y angustia por que eso hará muy difícil tu peregrinar hacia el éxito. Si ahora te encuentras haciendo cosas indebidas, arrepiéntete y aléjate del pecado, acepta su perdón y vive para él.
Si hay cosas que no entiendes, ten paciencia; no te amargues jamás y entiende esto: “Todo estará bien”.
