Hay
personas que no desean perdonar o simplemente manifiestan no poder hacerlo.
Lamentablemente la falta de perdón hace que sus vidas continúen en amargura,
albergando pensamientos incorrectos y sentimientos negativos como el odio y el
rencor.
La
Palabra de Dios dice: “Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje
de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz
venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.”
Hebreos 12:15(NTV)
¿Uno
puede perdonar pero no olvidar? si uno verdaderamente perdonó, cuando
lo recuerda ya no duele como antes, lo ve como una mala experiencia
simplemente.
Es posible que aún después de muchos años, sientas el dolor por palabras que te
han marcado, traiciones, burlas, críticas, difamaciones, injusticias u otras
situaciones que han provocado heridas en tu corazón; y toda herida que queda
abierta, continúa sangrando y doliendo. Por lo cual, es tiempo de que explores
en tu corazón, para identificarlas y ponerlas delante de Dios para que El las
sane.
Nuestra parte en este proceso de sanidad es dar el primer paso, perdonar.
Quizás luches en tu interior diciendo “no se lo merece” o “No siento perdonar”
pero aun así te animamos a que te decidas a hacerlo, ya que el perdón es una
decisión que hoy puedes realizar para ser libre de toda amargura que pudiera
afectar tu corazón.
¿Quieres
ser libre de la amargura, el dolor y el resentimiento? Identifica el
hecho o situación que cuando lo recuerdas aún te provoca dolor, no importa cuánto
tiempo haya pasado desde entonces. Piensa quien es la persona relacionada con
ese hecho, de qué manera te lastimó.
Es probable que no sea solo una persona o una situación que tengas que
perdonar, por lo cual toma un lápiz y papel, para anotar los nombres de ellos y
también el hecho que te lastimó y que necesitas sanar.
Toma la decisión de perdonar, aunque no lo sientas, porque no es un sentimiento
sino una decisión. Hacer esto no te hace hipócrita, sino obediente al Señor.
Ora en voz alta, nombrando a cada persona y perdonándolo. Toma tu tiempo para
cada caso en particular y pide al Señor que te llene de su amor para poder
perdonar.
Pide al Espíritu Santo que sane completamente y de raíz esa herida, poniendo Su
paz y gozo. Finalmente, recibe la paz que solo Dios puede dar.
Después de esto, continúa con el siguiente en tu lista. No tiene que ser todo
al mismo tiempo, puedes ir haciéndolo por partes. Pero es importante que
dediques el tiempo necesario a perdonar cada situación.
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