En
el mundo no estaremos libres de enfrentar aflicciones y necesidades, ya sean
económicas, de salud, familiares o personales. Por esta razón el Señor nos dejó
su Palabra, para que no nos desesperemos sino que descansemos en Él.
“Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!...
Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe!
Así que no se preocupen, preguntándose: “¿Qué vamos a comer?” o “¿Qué vamos a beber?” o “¿Con qué vamos a vestirnos?” Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.” Mateo 6:25-33 (DHH)
¿Tu situación económica es crítica? ¿Estás siendo azotado por alguna enfermedad? ¿Tienes alguna preocupación? El Señor te pide que no te angusties, sino que confíes en Él. Toma como ejemplo las aves del cielo que no viven afligidas pensando qué van a comer o vestir porque su creador conoce sus necesidades.
¿De qué
sirve preocuparse? Aunque
llores, dejes de comer o dormir, tu problema seguirá del mismo tamaño. Por este
motivo te animo a cambiar de estrategia; cierra la puerta de tu habitación y
entrégale al Señor tu carga, ten Fe y sonríe porque ya no estarás solo.
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