NO TENGAS MIEDO, NO TE CALLES

¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! Proverbios 31:8 (NVI)

Casi todos en algún momento hemos oído de gente que ha pasado por cierta clase de abuso,  ya sea verbal o físico. Y quizá sin ir tan lejos tú has sido víctima de ello y es posible que calles por el temor al “qué dirán” o a las consecuencias que podrías sufrir si lo dices.

Si alguna vez has enfrentado ese tipo de situaciones en tu vida, déjame decirte que tu silencio no ayuda a aquél que en este momento se siente abusado por alguien más, tu silencio no te ayuda a ti mismo para salir de la situación en la que te encuentras actualmente, lo que podría terminar yendo en contra de tu salud.

Necesitas hablar para que alguien pueda ayudarte a salir del hoyo en el que te encuentras y así dejar de ser una víctima.

Necesitas hablar para sentir la libertad de ser quien eres.

Necesitas hablar para que el abuso termine.

Si en algún momento has pensado en dejar las cosas así como están por no hacerlo más grande, piénsalo bien porque es posible que cada vez que te enfrentes a tu abusador sientas que el temor y quizá indicios de rencor y odio crecen en tu interior, lo cual es una alarma para acudir por ayuda. 

Vamos! Ármate de valor, busca ayuda para enfrentarlo, es importante que te des cuenta que la confrontación es un principio bíblico. Jesús enseñó acerca de esto en Mateo 18:15-17. 

Y por supuesto que nadie sabe mejor que Jesús qué se siente ser acosado y abandonado en el sufrimiento; porque sin culpa alguna lo arrestaron, golpearon y se burlaron de Él. Mateo 26:56 declara que: “todos los discípulos, dejándole, huyeron”. Incluso Pedro, uno de sus amigos más cercanos, negó tres veces conocerlo. Por ello quiero que sepas que aunque otros no puedan entender por completo lo que te sucede, Jesús sí.

Sabemos que el abuso físico es fácil de detectar por las huellas que pueden dejar en el cuerpo, pero lamentablemente el abuso verbal es un problema emocional difícil de descubrir, por lo cual es importante que no te calles.

¡Dios quiere sanar cada una de tus heridas físicas y emocionales!  Pídele ayuda a tu Padre celestial para que te dé valor para hablar sin temor. No dudes en acercarte a consejeros de tu iglesia o si deseas puedes escribirnos para que podamos asesorarte en este tipo de situaciones. 

Quiero terminar esta reflexión con una oración:

Señor, haznos valientes para defender a los que lo necesitan, ayúdanos a mostrarles que tú entiendes su dolor y soledad así como dice tu palabra, pero también ayúdanos a no callar cuando nosotros seamos quienes padecen de un abuso, en el nombre de Jesús. Amén.

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