Culpar a
los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de
ella. (Facundo Cabral)
Lo que más nos gusta (quizás lo único) de nuestros peores momentos es, al menos, poder quejarnos, echar las culpas a otros y sentirnos víctimas del mundo. Es muy relajante decir “tú me hiciste esto”, “tú me lastimaste”, “tú me arruinaste la vida”, “tú me engañaste”, “tú me defraudaste”….
Lo que más nos gusta (quizás lo único) de nuestros peores momentos es, al menos, poder quejarnos, echar las culpas a otros y sentirnos víctimas del mundo. Es muy relajante decir “tú me hiciste esto”, “tú me lastimaste”, “tú me arruinaste la vida”, “tú me engañaste”, “tú me defraudaste”….
Echarles
la culpa a los demás es lo más gratificante en aquellos momentos de
desesperación. Cuando nos enfrentamos a conflictos en las relaciones, a nadie
le gusta asumir la culpa… y por eso recurrimos a echársela a los demás. A nosotras
nos quedará argumentar nuestro papel de pobrecitas, de mendigar suerte al mundo
y de sufrir por haber caído en una trampa.
Pero, ¿qué ganamos con eso? ¿Para qué queremos
ser mártires? ¿Acaso esa es nuestra
misión en el mundo?
¡Por supuesto que no! Cada vez que creemos que los demás
son los “culpables” de lo que ocurre en nuestra vida, estamos arrojando nuestra
“participación” debajo de una alfombra. Estamos diciendo que nuestra vida es un
escenario en el que no queremos estar.
Nada, absolutamente nada de lo que
nos sucede, tiene que ver con los demás. TODO pasa por nuestro pensamiento. Sé que resulta difícil de
entender (y más si estás pasando por un momento de dolor, traición, separación
o desamor…) pero todo lo que sientes ahora mismo, es generado por tu cabeza.
Tú eres la responsable de tu
bienestar y de tu malestar.
Sólo tú tienes autoridad en tu vida,
y nadie más. La
buena noticia es que si descubres por qué actúas de tal o cual forma, pronto
dejarás de arrojar “mugre” hacia fuera, y podrás limpiarte de tóxicas emociones
que te atan en la vida.
© Autor:
Chuchi González.
Hola, espero que estés bien, déjanos conocer tu opinión y sobre todo no te olvides de compartir, bendiciones.
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