Muchas
veces a lo largo de nuestras vidas, hay momentos en los que nos sentimos solos,
incomprendidos, con una tristeza
enorme y un sufrimiento que nos
envuelve, nos abruma y nos pisotea una y otra vez sin cesar… Quizás por cosas
que han pasado hace años, algunas no tan viejas y otras muy presentes y, muchas
veces, no sabemos el por qué o no recordamos la causa por la cual estamos sintiéndonos
así…
Algunos tratamos de huir, otros buscamos respuestas para terminar con eso y
muchas veces lo logramos, pero a veces parecen un boomerang, vuelven
hacia nosotros en un abrir y cerrar de ojos…
Al igual que tu y muchas personas he llegado muchas veces a preguntarme dónde está
Dios cuando esto sucede, a cuestionar si acaso él no nota como sufro o lo mal que me siento,
sino se da cuenta de que estas cosas destruyen mi felicidad y bienestar, y por
qué si la palabra dice que me ama permite que esto me suceda.
Pero él, sabiéndolo todo y conociéndolo todo, nos habla de una manera
particular, aunque no lo notemos, el está en cada uno de esos momentos,
anhelando que busquemos de Su ayuda, que depositemos nuestra confianza en él,
que creamos un su fidelidad y en su amor divino…
Lamentaciones 3:17-24 dice
desde el versículo 21 hasta el final “Pero una cosa quiero tener presente y poner
en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus
bondades. Cada mañana se renuevan; ¡que grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El
Señor lo es todo para mi; por eso en el confío!”, podemos notar como el autor
pudo vencer a la tristeza y al dolor cubriéndose con promesas de Dios y
eso es exactamente lo que nosotros, como Cristianos debemos hacer.
Hola, espero que estés bien, al igual que disfrutes de esta publicación, déjanos conocer tu opinión y sobre todo no te olvides de compartir, bendiciones.
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