Un
hombre realizaba sus compras acompañado de su hijo pequeño. El niño llevaba un
cesto grande y el padre iba llenándolo con un artículo tras otro. Ponía latas
de conserva, azúcar, harina, carne, etc.
Una mujer que los observaba desde atrás y dijo en voz baja:
- Ésta es una carga muy pesada para un niño como tú, ¿no es así? El chico se dio la vuelta mirando hacia ella un poco sorprendido. Entonces, con una sonrisa, contestó:
- ¡Oh, no se preocupe, mi padre sabe muy bien cuánto puedo llevar!
En
muchas oportunidades creemos que las circunstancias terminarán con nosotros,
que el peso que llevamos finalmente nos aplastará, que no hay manera de seguir
adelante.
Sin
embargo, Dios nunca nos dará un peso mayor al que podemos llevar.
Al igual que ese niño, debemos caminar confiados en que nuestro Padre sabe hasta dónde podemos soportar y permanece junto a nosotros para ayudarnos y fortalecernos.
“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa”. Isaías 41:10 (NTV)
Los problemas por los que atravesamos sirven para fortalecer nuestra fe, para formar nuestro carácter y prepararnos para los planes que Dios tiene para nosotros. Y aunque las circunstancias se vean adversas, nuestro Padre siempre nos va a sostener y nos llevará más allá de lo que podemos imaginar.
Cuando la adversidad se presente en tu vida y empieces a creer que no puedes más o cuando la gente llegue hasta ti para desalentarte con sus comentarios, sonríe y has la misma afirmación del niño: Mi Padre sabe muy bien cuánto puedo llevar.
No desmayes, Dios es tu ayudador y nunca te abandonará.
Hola, espero que estés bien, al igual que disfrutes de esta publicación, déjanos conocer tu opinión, que Dios me los bendiga siempre