Desde
niños hasta adultos tendemos a tropezar y a caer, un descuido o
distracción hacen que nos tumbemos al suelo; pero no nos quedamos ahí
postrados, porque el cuerpo siempre tiende a levantarse.
En nuestra vida cristiana también ocurre este hecho, tenemos caídas, fallamos a Dios y a nuestros seres queridos. Aunque es doloroso vivir las consecuencias de estas faltas debemos tener una esperanza: la restauración.
Moisés, fue testigo del maltrato de un egipcio a un hebreo, e impulsado por su ira se lanzó contra el egipcio y lo mató. Dios permaneció atento a él desde su nacimiento, guardando su vida y después de este suceso Moisés huyó por un buen tiempo, luego Dios lo llamó a libertar a su pueblo de la esclavitud de los egipcios.
A pesar de fallar Moisés el Señor lo usó en gran manera.
En nuestra vida cristiana también ocurre este hecho, tenemos caídas, fallamos a Dios y a nuestros seres queridos. Aunque es doloroso vivir las consecuencias de estas faltas debemos tener una esperanza: la restauración.
Moisés, fue testigo del maltrato de un egipcio a un hebreo, e impulsado por su ira se lanzó contra el egipcio y lo mató. Dios permaneció atento a él desde su nacimiento, guardando su vida y después de este suceso Moisés huyó por un buen tiempo, luego Dios lo llamó a libertar a su pueblo de la esclavitud de los egipcios.
A pesar de fallar Moisés el Señor lo usó en gran manera.
Ya que todos somos propensos a equivocarnos o a pecar, Dios tiene estrategias
para levantarnos y continuar la obra que ha empezado en nosotros. Por eso
debemos tener el corazón en esta verdad, no para pecar deliberadamente sino
para levantarnos con una mentalidad diferente, que aprende de los errores y ser
más fuertes en Él.
Si nos levantamos pero seguimos con la misma actitud de seguro que las siguientes caídas serán más dolorosas. Aprendamos de nuestros errores, pero tampoco nos quedemos en el piso, pues es eso lo que quiere el enemigo, en cambio Dios quiere levantarnos: “Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz. Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades.
Los limpiaré de sus pecados contra mí y perdonaré todos sus pecados de rebelión. ¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!” Jeremías 33:6-9 NTV
¡Que las caídas te levanten con más fe y fuerza en Dios!
Si nos levantamos pero seguimos con la misma actitud de seguro que las siguientes caídas serán más dolorosas. Aprendamos de nuestros errores, pero tampoco nos quedemos en el piso, pues es eso lo que quiere el enemigo, en cambio Dios quiere levantarnos: “Sin embargo, llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz. Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades.
Los limpiaré de sus pecados contra mí y perdonaré todos sus pecados de rebelión. ¡Entonces esta ciudad me traerá gozo, gloria y honra ante todas las naciones de la tierra! ¡Ellas verán todo el bien que hago a mi pueblo y temblarán de asombro al ver la paz y prosperidad que le doy!” Jeremías 33:6-9 NTV
¡Que las caídas te levanten con más fe y fuerza en Dios!
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