Así
que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su
afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:34
Un
viejo coro cristiano, decía: “Ayúdame hoy, yo quiero vivir un día a la vez…” y
un conocido dicho popular dice: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”
Que
importante es saber que si bien la planificación es buena, no somos dueños de
nuestro futuro, lo que tenemos es nuestro hoy y recuerdos de un pasado que ya
no está. Pero el futuro es incierto, se presenta como una hoja en blanco en la
que pronto se escribirá una nueva historia.
Esta
inseguridad o incertidumbre acerca del futuro es lo que nos hace tantas veces,
temerosos de lo que pudiera pasar, generando stress y hasta enfermedades
emocionales o físicas.
A
veces vivimos como si el mañana nos perteneciera, llevando una vida casi de
manera automática en la que van pasando las semanas, los meses y los años. En
otras oportunidades no valoramos el tiempo, tal vez lo perdemos en actividades
que no suman o en discusiones que no llevan a ningún lado.
O
quizás, inconscientemente creemos que el tiempo nunca se agotará y somos
“postergadores crónicos”, Seguramente has escuchado frases tales como: el lunes
comienzo la dieta, el año que viene retomo mi estudios, o bien: me voy a
inscribir en el gimnasio para comenzar a hacer actividad física. Y
lamentablemente pasa el tiempo y las decisiones se siguen postergando.
Que
importante que podamos valorar cada día, como si fuera el último que te toca
vivir. Si supieras que hoy es tu último día de vida, ¿Qué harías?, ¿Cómo
distribuirías tu tiempo? Seguramente harías una lista de prioridades, dándole
más lugar a los afectos y a las cosas realmente importantes. Tal vez irías
delante de Dios, para terminar de ponerte a cuenta con Él, en una actitud de
rendición total.
Yo
creo que en ese caso te despojarías de cosas que te hacen perder el tiempo,
para darle valor a lo verdaderamente relevante como tu relación con Dios y tu
familia.
La
vida es un regalo que nuestro Padre nos dio, por lo tanto debemos vivir
honrando esta preciosa oportunidad, ¿Cuántas veces nos olvidamos de ser
agradecidos, por las cosas que recibimos día a día, simplemente porque nos
acostumbramos a que están ya que Dios las provee?
Vive
tu día con intensidad, valorándolo, dándole la importancia que realmente tiene
como regalo del Señor. Vívelo como si fuera el último que te toca vivir, con
una actitud agradecida y honrando a Dios, el dador de la vida.
Hola,
espero que estés bien, al igual que disfrutes de esta publicación en ESPERANZA
EN JESUS, Si te gusta, no olvides dejar tu comentario y si puedes compartirla
con tus amigos y seres queridos