SALMO 31, CONFESIÓN DE LOS PECADOS Y DAR GRACIAS POR EL PERDÓN

 En este Salmo se canta la felicidad del pecador que ha conseguido la reconciliación con Dios por el arrepentimiento y la confesión de sus pecados, la dicha que experimenta por haber conseguido la amistad del Señor gracias a su infinita misericordia. Sabe que Dios echará en olvido sus pecados, pues con el reconocimiento sincero de las faltas y debilidades se obtiene el perdón. 

Este Salmo, es, además, una acción de gracias por el perdón otorgado, un reconocimiento a la virtud perdonadora de Dios. El pecador reconoce que bajo la protección de su Dios se siente liberado y por ello confía plenamente en El y sabe que Él es el refugio de los justos, la paz y la seguridad en los momentos de angustia, pues Dios acoge siempre al que acude ante Él con corazón apenado y arrepentido.
(SALMO DE ACCIÓN DE GRACIAS POR EL PERDÓN DEL PECADO

"Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor  no le apunta el delito. 

Mientras callé se consumían mis huesos, rugiendo todo el día, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi savia se me había vuelto un fruto seco. 

Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito; propuse: «confesaré al Señor mi culpa», y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. 

Por eso, que todo fiel te suplique en el momento de la desgracia: la crecida de las aguas caudalosas no lo alcanzará. 

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación. 

Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, fijaré en ti mis ojos. 

No seáis irracionales como caballos y mulos, cuyo brío hay que domar con freno y brida; si no, no puedes acercarte. 

Los malvados sufren muchas penas; pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodea. 

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; aclamadlo, los de corazón sincero." 
  
OREMOS
Oh Señor, eterno Dios de misericordia, Tú que nos muestras tu Amor y Justicia perdonando nuestros fallos y pecados, escucha nuestras sinceras súplicas y haz que, reconociendo nuestras faltas, nos sintamos dichosos de tu perdón y nos alegremos y gocemos contigo.

Oh Dios clementísimo, Dios de bondad, Tú que eres nuestro refugio y esperanza míranos amorosamente con ojos de Padre, a nosotros, que, como hijos pródigos, retornamos a ti, con tu infinito Amor concédenos perdón y misericordia, bendícenos con tus dones y llénanos de favores, danos paz de cuerpo y espíritu y guárdanos de todo mal con tu Santa protección. 

Por Jesucristo nuestro Señor. 
Amén. 

Rezar tres Padrenuestros y Gloria.

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