El sufrimiento me hizo bien, porque me enseñó a
prestar atención a tus decretos. Salmos 119:71 (NTV)
Sé que no es nada fácil pasar por una prueba y estoy convencido de que a nadie
le gusta atravesar momentos de dolor y sufrimiento, pero créeme que todo esto
es necesario aunque no lo entendamos así. Por lo general, el dolor es el medio
a través del cual nuestro Padre Celestial nos moldea para que seamos cada día
más como Él.
Puede que sea difícil la situación que estás viviendo, y que tengas razones suficientes para decir que no puedes más, que todo terminó y que ya no hay solución para tu problema. Tal vez tus circunstancias te han llevado a perder la fuerza y las ganas de seguir luchando. Pero no somos los únicos que pasamos ese proceso, también nuestro Salvador pasó por esos momentos desesperantes.
“Mientras estuvo aquí en la tierra, Jesús ofreció oraciones y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que podía rescatarlo de la muerte. Y Dios oyó sus
oraciones por la gran reverencia que Jesús le tenía. Hebreos 5:7 (NTV)
La Biblia nos muestra dos escenas más en las que Jesús lloró por el dolor, mostrándonos que ningún ser humano es inmune al sufrimiento. Lee: Juan 11:33-36; Lucas 19:41-44.
Sea cual sea tu situación no te limites a mostrar tu dolor delante de Jesús, acércate a Él y dile cómo es que te sientes en este instante. Recuerda que Él también pasó por momentos dolorosos y grises, y no hay nada mejor que escuchar Su voz por medio de Su palabra para seguir adelante.
La Biblia nos muestra dos escenas más en las que Jesús lloró por el dolor, mostrándonos que ningún ser humano es inmune al sufrimiento. Lee: Juan 11:33-36; Lucas 19:41-44.
Sea cual sea tu situación no te limites a mostrar tu dolor delante de Jesús, acércate a Él y dile cómo es que te sientes en este instante. Recuerda que Él también pasó por momentos dolorosos y grises, y no hay nada mejor que escuchar Su voz por medio de Su palabra para seguir adelante.
“En mi angustia, clamé al Señor; sí, oré a mi Dios para pedirle ayuda. Él me
oyó desde su santuario; mi clamor llegó a sus oídos.” Salmo 18:6 (NTV)
Dios puede hacer que el sufrimiento que estás atravesando sea una bendición
para ti y los que te rodean.
Oremos:
"Señor amado, tú conoces mi situación y cómo está mi alma en este momento. Te pido que renueves mis fuerzas, me des sabiduría y dirección para seguir adelante. Pongo en ti mi esperanza y mi confianza. Amén."
Oremos:
"Señor amado, tú conoces mi situación y cómo está mi alma en este momento. Te pido que renueves mis fuerzas, me des sabiduría y dirección para seguir adelante. Pongo en ti mi esperanza y mi confianza. Amén."
Hola,
espero que estés bien, no olvides dejar tu comentario y de compartirla
con tus amigos, Bendiciones.